jueves, 3 de enero de 2013

Nuestra Nochevieja

Este año, por primera vez en mi vida, he pasado la Nochevieja en tierras teutonas. Yo no sabía cómo iba esto de la Silvesternacht (Nochevieja) en Alemania, aunque había oído que se escuchan muuuchos petardos y cohetes. Vamos tipo una mascletá, pero a la teutona, lo que implica que será un pelín más cutre que la valenciana.

Este año decidí que no me daba la gana pasarme la última noche del año pringando en la cocina y pringandome yo, mi maromen estaba de acuerdo, y decidimos cenar Raclette. Barato y rico. Haciendo tiempo hasta las 00.00 utilizamos lo que en Alemania se llama Tischfeuerwerk (cohetes para interior), vamos pequeños cilindros de cartón relleno de confeti que hacen saltar todo el contenido por los aires. ¡Molan!. Por supuesto vertimos plomo fundido en agua para ver qué nos auguraba el año próximo; que gusto ver como el plomo te dice que vas a tener un año deputamadre  muy bueno.

Yo si no me como las uvas muero, y muere todo el que esté a mi lado, porque le darán los 7 males sólo de escucharme. Así que, como no podía ser de otra manera mi maromen y yo nos tomamos las uvas a las 00:00 viendo las campanadas con la 1. Yo es que soy muy de tradiciones.

Milagrosamente conseguí hablar por teléfono con mis padres los tres minutos de rigor tras las campanadas. Después todas las líneas estaban colapsadas. Nada más colgar mi maromen estaba enfundándome en un jersey para salir al rellano a ver los fuegos artificiales. Yo dije que no bajaba a la calle que había mucho petardo suelto petardeando ya desde por la mañana.

Como véis fue una mezcla de noche, cogimos lo que nos gusta de cada país y lo mezclamos; y de esa mezcla salió una noche fantástica.


miércoles, 2 de enero de 2013

Lo mejor (y lo peor) del 2012


Aunque llego un poco tarde no quería dejar de hacer una entrada especial con lo mejor (y lo peor, hay que decirlo también :D), de este año que terminó.

Aunque lamentablemente no cumplí con mi reto GoodReads de leer 200 libros (lo cual me pone muy triste :C), sí leí 105 libros durante el 2012, entre los cuales hay unos muy buenos que me alegro de haber leído y otros que sencillamente jamás debí haber mirado dos veces.

Aquí les dejo mi lista ;)

Mis Mejores Lecturas en 2012 (Young-Adult)


5. Just One Wish. Un libro que cada vez que recuerdo algunas partes en él me hace sonreír pero también hace que se me aguen los ojos. Es un libro un poco dramático con una protagonista divertida y tenaz que me llegó al corazón desde el principio de la historia (además fue un gran descubrimiento, porque jamás pensé que me gustaría tanto).

4. The Statistical Probability of Love at First Sight. ¡Adoré completamente este libro! Una historia sencilla y corta que te muestra un amor a primera vista que capta tu atención desde el primer momento.

3. Something Like Normal. Otra historia cortísima contada desde el punto de vista de un chico (lo cual me gustó muchísimo) que te muestra cómo un soldado aprende a superar la guerra y reintegrarse en su vida nuevamente. Definitivamente adoro a Travis 

2. Hija de Humo y Hueso. Una historia que para mí resultó ser innovadora y muy entretenida. La forma en la que Laini Taylor describe todo en su libro es sencillamente sorprendente.

1. The Fault in Our Stars. Definitivamente el libro más desgarrador que he leído en mi vida! Es el primer libro que leí de John Green y es fabuloso, una historia de amor con tintes muy dramáticos que te llega al corazón.


Y porque todo no es bueno, ahora iremos con los malos :S

Mis Peores Lecturas en 2012 (Young-Adult)


5. The Kissing Booth. Mi último libro del año! Y tenía que ser uno malo (¬¬). Lo empecé a leer porque había escuchado de su popularidad en whattpad, pero en realidad terminó siendo una historia nada interesante.

4. Losing It. Mi suerte con los autores indie no ha sido muy buena. Mis expectativas con este eran altísimas, y terminó siendo una total decepción.

3. The Selection. Una completa decepción! Cuando leí la sinopsis y vi la portada, lo puse en mi lista al instante; pero cuando tuve la oportunidad de leerlo, me decepcionó totalmente. Una historia tonta que usa uno de los clichés que más odio: un triángulo amoroso.

2. The Stillburrow Crush. Un libro de hace un par  de años que decidí leer en un momento de aburrimiento. El peor error de mi vida! Es una historia sosa, con unos protagonistas que quise asesinar en cada página.

1. Breathe. Un libro tan lleno de clichés que en ninguna de sus páginas dejé de bufar. Aburrido y demasiado predecible. Me ha hecho pensarlo dos veces antes de leer algo de esta autora de nuevo.

Bueno, con mi lista cierro otro año más de lectura y un nuevo blog! Espero que este año me traiga mejores lecturas (y a todos ustedes también :D) y un alma bloguera más comprometida ;)

Nos leemos ;)

WoW (4) - Going Vintage - Lindsey Leavitt

Waiting on Wednesday es una sección hecho por Jill en su Blog, Breaking The SpineSe trata de enseñar aquellos libros próximos a salir a la venta (o ya en venta) que queremos tener en nuestras manos.


Going Vintage - Lindsey Leavitt (26 de marzo de 2013)


Cuando Mallory descubre que su novio, Jeremy, está engañándola con una novia online, ella renuncia a los chicos. También renuncia a la tecnología moderna. Inspirada por una lista de metas que su abuela hizo en 1962, Mallory decide “ir vintage” y regresar a un tiempo más simple (cuando los novios no podían engañarte online). Decide completar la lista de su abuela: postularse para secretaria del club de espíritu escolar, anfitriona de una cena, cocer un vestido para el baile de bienvenida, encontrar un novio, hacer algo peligroso. Pero la lista es más complicada de lo que parece. Y obviamente encontrar a un novio está fuera… no importa lo bien que huele Oliver (el primo de Jeremy). Pero con la ayuda de su hermana, ella lo hará todo. De alguna manera.

Lindsey Leavitt junta perfectamente momentos familiares sinceros, humor para reírse a carcajadas y un poco de romance en esta novela contemporánea encantadora.


Una novela contemporánea que parece muy divertida y que quiero leerla ya!

¿Les llama la atención?

En otras noticias...

No he estado muy pendiente porque lamentablemente mi computador ha muerto :C y no creo conseguir otro muy pronto! Por ahora trataré de dejar entradas del compu robado prestado de mi hermano (donde me encuentro ahora :P)

2013 será mi año
Espero que todos hayan pasado unas fiestas muy felices, con familia, amigos, novios, esposos, etc... Y espero que a todos nosotros este 2013 nos depare cosas buenas... y muchos más libros ;)

Nos leemos ;)

martes, 1 de enero de 2013

Por fin se acabó el 2012

¡Por fin se acabó el 2012 y podemos darle la bienvenida al 2013! Vaya año más duro ha sido en términos generales, y para algunas personas en ciertos aspectos ha sido un annus horribilis; pero como todo en esta vida no puede ser malo, vamos a quedarnos con las aspectos positivios del 2012, que algunos sí que ha habido.

Si yo hago balance, ha sido un muy buen año con mi maromen. Ya llevamos casi un año viviendo juntos, y los dos estamos muy contentos. Hemos hecho varios viajes juntos, incluyendo uno a tierras vascas a que conociera a mí familia, y la verdad es que salió todo muy bien. Este verano queremos repetir :).

Desde el mes de abril he tenido trabajo "de lo mio", (que gustito da poder escribirlo) y parece que tengo contrato hasta que empiece la primeravera. ¡Después ya se verá!

En lo que a salud se refiere ha sido un año muy muy duro, lo más duro de todo, que se me saliera la cadera derecha de su sitio, tener ciática y que me hayan sacado las muelas del juicio. Pero como siempre me dice mi maromen "vamos a repararte, y eso siempre cuesta". Este año me he dado cuenta de cuan poco valoramos nuentras salud, y lo importante que en realidad es.

La relación con mi familia es muy buena, gracias a que hemos sentado unas bases sólidas y cordiales. Y la relación con mis suegros es muy buena, ya quisieran muchos.

Os deseo un feliz 2013 y que alguno de vuestros sueños y deseos se cumpla

lunes, 31 de diciembre de 2012

...una imagen vale más que mil palabras...






…llega el momento del silencio…de autocontemplación…es momento de lanzar el lastre que me pesa, de liberarme y sentirme ligera…es momento de ser consciente del aprendizaje acumulado por cada error cometido…es momento de ser transparente y honesta…de escuchar, atentamente, lo que me dicta el corazón (quienes merecen “okupar” un rincón en él y quienes han de ser desahuciados)…es momento de agradecer todos los deseos cumplidos…es momento de comprometerme con mi escala de valores forjada a fuego lento….momento de echar en falta a quienes me abandonaron por el camino sin querer…es momento de seguir caminando…de seguir creciendo en cada paso…de nutrirme de cuanto me rodea…momento de abrir la puerta al 2013…

¡¡¡GRACIAS POR FORMAR PARTE DE MI VIDA!!!


…infinitos besos para vuestros bolsillos…

jueves, 27 de diciembre de 2012

Preguntas sobre el movimiento 15-M: la experiencia de la derrota




Un movimiento social identificado con fechas específicas, ¿no anticipa ya la tarea de ser confinado temporalmente y hacerse previsible, incluso si rebasa el momento en que se constituyó y hace de las apariciones esporádicas una modalidad de su existencia? También el movimiento 15-M (o 25-S o 15-O, entre otros), en las condiciones presentes, ha de luchar para no convertirse en un asunto del pasado o, algo que viene a ser equivalente, para no terminar siendo una práctica residual protagonizada por una minoría de activistas asediados.


No seremos nosotros quienes nos apresuremos a celebrar su ritual fúnebre. La emergencia de este movimiento significó la posibilidad de una revuelta incipiente que, retroactivamente, ha sido sofocada. Si se compara con las protestas populares multitudinarias precedentes, el rodeo del Congreso el 20 de noviembre de 2012 por unos centenares de manifestantes (convocado por la coordinadora 25-S) muestra este giro: el “acontecimiento”, por así decirlo, ha perdido buena parte de su fuerza inicial, al punto de poner de manifiesto un despliegue policial completamente desmesurado. La policía ni siquiera ha tenido que apelar a la brutalidad que la caracteriza.


Lo imprevisible ha sido estabilizado bajo la forma de protestas discontinuas que no sólo no han sido atendidas en lo más mínimo por el gobierno nacional sino que, además, han sido desarticuladas de forma violenta y criminalizadas de distintas maneras. A nivel mediático, a menudo esta estrategia represiva fue planteada como recurso legítimo para “garantizar el estado de derecho” y las críticas al respecto se han centrado de forma tendencial en la actuación policial, tachada a lo sumo de “excesiva”, como si no mantuviera un vínculo orgánico con una cadena jerárquica de mando.


El repliegue involuntario, por lo demás, es evidente: si las acampadas constituyeron un gesto desafiante al orden público establecido, las manifestaciones actuales ya no parecen preocupar en exceso a un gobierno que hace tiempo definió su estrategia al respecto: dar el golpe de gracia “fuera de cámara”, incluso si para ello es necesario violar de forma descarada la escasa “libertad de prensa” que todavía queda, amedrentando a periodistas y confiscando sus materiales de trabajo.


No resulta extraño, pues, que nos preguntemos sobre una posible asimilación sistémica del movimiento 15-M, pensada no ya en términos de inclusión de sus demandas por parte del sistema político y económico vigente, sino por la vía del creciente aislamiento y fragmentación de sus reivindicaciones. El momento entusiasta en que lo “imposible” estaba ocurriendo se ha convertido en la constatación melancólica de las “oportunidades perdidas”. Sin embargo, ni antes fuimos ingenuamente optimistas ni ahora estamos dispuestos a entregarnos a la sabiduría del pesimismo. Precisamente porque percibimos en el movimiento signos de un agotamiento más que nunca necesitamos dar un nuevo impulso a aquello que nace de la rebelión contra un sistema que hay que calificar de criminal sin temor a la hipérbole.


Desde una perspectiva popular, el 15-M es probablemente uno de los acontecimientos políticos a nivel nacional más relevantes de las últimas décadas. Como irrupción de un sujeto colectivo heterogéneo, en una escena pública nacional marcada por un bipartidismo autista, rompió el anquilosamiento de la resignación. Confiábamos en que desde la pluralidad de sus líneas de fuerza pudiera elaborarse un proyecto político con capacidad de articular grupos heterogéneos. Lo reclamamos en varias ocasiones, no por encontrarnos ante una supuesta “falta de propuestas”, sino por el contrario, por toparnos con una verdadera explosión de sugerencias e iniciativas de acción. El problema aquí no estuvo nunca ligado a la escasez sino más bien a la sobreabundancia.


De ahí, quizás, lo que a mi entender han sido dos errores estratégicos fundamentales: la dispersión e indefinición de los objetivos de intervención y la multiplicación de apariciones sin confluencia en un frente popular común. En un contexto de creciente control de los participantes del 15-M, ¿no sería mejor centrarse en algunas reivindicaciones que permitan condensar el descontento popular y que sean, al mismo tiempo, imposibles de satisfacer dentro del orden hegemónico? Me temo que nada de ello está ocurriendo. Si desde el principio abogamos por una internacionalización de la revuelta, más bien aconteció lo contrario: la transnacionalización de una estrategia del miedo. En España, la resultante de esta escalada represiva se concretó no sólo en cargas policiales brutales sino también en un proceso de judicialización de la protesta pública que supuso, además de miles de imputados, detenidos y multados, millones de decepcionados.


Si desde el momento de su constitución reconocimos en el 15-M una «indignación» colectiva que reclamaba atención analítica y apoyo activo, quizás ahora debamos señalar el punto muerto en el que se está sumergiendo. El furor de los comienzos, cada vez más, está cediendo su lugar a un ritual rutinario, que apenas nos sacude del letargo por unas horas. El triunfo del miedo está convirtiendo la “primavera española” en un “invierno prolongado”.


El panorama no es alentador: si la marca profunda de este movimiento quizás haya sido, ante todo, la repolitización de diferentes grupos sociales, por otro lado es indudable que este proceso ha sido obstruido, sofocando su potencial subversivo. No es meramente un fracaso; el férreo control mediático y la consolidación de un estado policial son parte determinante de esta nueva derrota histórica en la que el saqueo sistémico sigue su curso indiferente. Los privilegios de casta apenas se han modificado. El orden jurídico vigente ha dado un nuevo giro reaccionario y el desmantelamiento del estado de bienestar y de derechos socioeconómicos básicos continúan su camino sin especiales dificultades. La marcha devastadora del neoconservadurismo ha sido reconducida sin más que modificaciones superficiales: una moratoria para una irrisoria minoría de desahuciados, un probable cambio nominal de los CIE, alguna cosmética para las redadas policiales.


Con ello no quiero sugerir que no estemos en una situación próxima a lo que Gramsci señalaba como «crisis de hegemonía»: en el último año, las protestas públicas no han cesado de multiplicarse inundando la calle de distintos colores. Sin embargo, pese a la gravedad de lo que está ocurriendo, algo no funciona: las mareas no confluyen, las aguas siguen sin confundirse y ningún proyecto político alternativo ha logrado hasta el momento orientar las energías colectivas hacia otra parte. La “agenda de lucha” parece limitarse a unos reclamos sectoriales y, a lo sumo, a unas resistencias fragmentadas ante una ofensiva ideológica y política que tiene un derrotero tan virulento como previsible: despidos masivos en el sector público, privatización de sectores estratégicos del estado (incluyendo el “negocio” de las pensiones y de los servicios de empleo), recortes drásticos del gasto social, consolidación de un sistema fiscal regresivo, incremento de la corrupción estructural y el sistema de prebendas, aumento de las desigualdades sociales y de la pobreza relativa y absoluta, creciente concentración de medios y alineación ideológica, etc.   


La proliferación de conflictos sociales en la actualidad política española no deja mucho margen de duda. Lo que no es claro es si, en una coyuntura como la presente, un movimiento como el 15-M está en condiciones reales de canalizar dichos conflictos en un sentido transformador. No hay indicios de que esté ocurriendo algo semejante, aunque nada invita al sarcasmo. La guardia desengañada que nos prevenía de este supuesto “error” nunca se preocupó de aportar su experiencia de lucha para rectificarlo. La restauración autoritaria del control tampoco les inquietó en lo más mínimo. Es lo que tiene mirar las cosas desde arriba: uno no tiene que pasar por la incomodidad de la experiencia. Pero precisamente porque son nuestras luchas, nuestros deseos de justicia, debemos apostar por la (auto)crítica radical, también hacia un movimiento que amenaza con anquilosarse más allá de sus apariciones públicas efímeras. Lo que hace pocos meses parecía una brecha todavía abierta, ahora parece cerrarse. La indignación, sin embargo, no hace más que aumentar. Habrá que persistir, entonces, en el “error” de seguir buscando construir nuevos caminos, incluso si buena parte de sus trayectos no pudieran ser más que subterráneos.


La constatación es doble: el espectro de una revuelta sigue merodeando las ruinas del presente, pero su encarnación parece otra vez conjurada. Puesto que luchamos contra lo probable, sabíamos que esta asimilación sistémica podía ocurrir, aunque confiábamos que no ocurriera. Lo imprevisible, con todo, sigue latiendo: los antagonismos sociales no dejan de multiplicarse y cada vez más seres humanos son arrojados a los márgenes del capitalismo. No podemos predecir qué haremos como sujeto colectivo ante esta máquina de arrasar vidas.


Construir una salida en la aporía del presente tiene algo de tanteo más o menos lúcido: nunca sabemos cuánto puede resistir un muro hasta que intentamos derrumbarlo. Los resultados a veces son decepcionantes pero nunca definitivos: ninguna derrota desmiente el deseo de cambio sino que señala, más bien, su grado de dificultad. La decepción puede incluso ser aleccionadora. Los muros están ahí y no basta el furor espontáneo de la mañana para su derribo. La memoria de la derrota es una forma de aprendizaje; aprendemos siendo derrotados. Y, en efecto, algo hemos aprendido: también es preciso dinamitar los pilares subjetivos que sostienen esos muros. Sólo puede advenir otro tiempo si se gesta desde el deseo colectivo y se articula en un proyecto en común. Ante la repetición de la dificultad, siempre estará la coartada de la huida, el retorno a la resignación. Sin embargo, ¿qué sería de la posibilidad siempre latente de otra sociedad sin esa voluntad de cambio capaz de sobreponerse a la experiencia de la derrota?


Arturo Borra

domingo, 23 de diciembre de 2012

Zorionak/Felices fiestas/frohe Weihnachten

¡Esto de estar sin internet, estando de visita en casa de mis padres de visita, es un rollo!

Tengo un par de minutillo de conexión y quería provechar para felicitaros las fiestas.

Zorionak, feliz navidad, frohe Weihnachten! :D