…llevaba varios días sin dar señales de vida…su madre, preocupada, utilizó su llave para abrir la puerta de su casa…la imagen era desoladora…flores marchitas y plantas secas…ambiente viciado y olor a podrido…su intuición le indicaba que algo no iba bien…la encontró inerte sobre su lecho…murió con las gafas puestas…su cuerpo cubierto por un pijama arrugado y lleno de manchas…al abrir la puerta, su perra (que dormía plácidamente junto a su dueña) abrió uno de sus ojos saltones…aquel ser vivo había permanecido, hasta el último momento, fiel a su lado…ofreciéndole compañía y cariño…se acercó a su hija…ni el más mínimo signo de aliento…de vida…
…las lágrimas silenciosas recorrían aquel rostro arrugado de tanto dolor y sufrimiento…antes de llamar a la policía decidió recorrer la casa…sobre la mesilla de noche un cenicero repleto de colillas, un paquete de Nobel vacío y un mechero…tres teléfonos móviles…un sonido casi imperceptible llamó su atención (en los auriculares la voz de Louise Hay lanzaba al aire frases inconexas en un intento, frustrado, de relajación)…junto a la lamparilla de noche un libro: “Piedras del Camino” de Alejandro Jodorowsky (en la primera página una tierna dedicatoria firmada)…un vaso, medio vacío, de zumo de piña…varias cajas de trankimacin y fluoxitina vacías (tratamiento de un erróneo diagnóstico de agorafobia)…junto a la cama unos calcetines sucios, las zapatillas de estar por casa y una botella de dos litros de coca cola sin cafeína…en el cajón de la mesilla abierto se podían ver pilas gastadas, un estimulador de clítoris, una goma de pelo, dos mandos a distancia y un libro de Osho…bajo la cama un enorme cuchillo jamonero, polvo y pelusa…en la tele de 14 pulgadas se veía un dvd con videos musicales de los 80…la fuente, encendida, se había quedado sin agua…sobre la cisterna del water unos vaqueros y una camiseta…las lentillas sumergidas en líquido sobre el lavabo…en cada una de las esquinas de la bañera hidromasaje una botella de gel de Ágata Ruiz de la Prada…trozos de pizza enmohecidos dentro del microondas…nada en la nevera...la lavadora con ropa sucia…dentro del cubo de basura una bolsa del caprabo con condones usados…en el estudio el ordenador encendido…abierto el chat de chueca, conversaciones en el Messenger y películas descargando en el Ares…el montaje de un video en pause…el comedor a oscuras, bajada la persiana, sin ventilar, el tronco del Brasil seco, sobre el sofá de diseño su bolso abierto y una mantita…
…apenas contaba 30 años, una vida llena de mentiras, de falsas promesas, inerte y vacía…se dejaba arrastrar por los días…sin emociones ni ilusiones…infeliz hasta la médula…hueca su alma…envejecido su corazón…amarga existencia…sin rumbo…desorientada…una agenda llena de amantes…de clientes variopintos…varias parejas de paso…puede que la ambición le pudiera…nunca sopesó las consecuencias de sus actos…hubo quien la amó sin medida, sin precaución, perdiendo la dignidad y la cordura…hubo quien la intentó proteger de su mayor enemigo: ELLA MISMA…hubo quien intentó permanecer a su lado de manera incondicional… pequeños oasis fueron dibujados en su desierto personal…pedacitos de sosiego y tranquilidad fueron lanzados al precipicio con sus impredecibles ataques de ira…ella, cazadora furtiva, fue acumulando esencias como trofeos…descontenta…pesimista…insensible a los ínfimos detalles…tuvo varios trabajos que rozaron la ilegalidad e inmoralidad…siempre le gustó el dinero fácil, sin esfuerzo…atormentada…insatisfecha…
…nunca se supo bien la causa de su muerte…pudo ser una ingestión masiva de pastillas…pudo ser una sobredosis de soledad…pudo ser víctima de su propio veneno…pudo ser que, al mirarse al espejo, no le gustara la imagen reflejada…pudo ser que su ego la condujera a la muerte…pudo ser producto de un sueño…pudo ser el capítulo de una novela…pudo ser el episodio de una serie…pudo ser producto de vuestra imaginación…
…infinitos besos de bolsillo…