...quiso liberarla de aquel paquete prisionero...con delicadeza la puso entre sus dedos...acercó la llama del deseo encendiendo cada uno de sus poros...humedeció sus labios para recibirla...penetró en sus pulmones para saciar la ansiedad que le embargaba...se deslizó por su boca para escaparse en sinuosos bailes entre cortinas de humo...el placer ocupaba su mente...su recuerdo encendía su sexo...sensualidad liada en papel de poemas...el sabor de su cuerpo impregnado en sus dientes...¿¿¿Quién dijo que era perjudicial para su salud???...
...infinitos besos de bolsillo...