jueves, 13 de octubre de 2011

...quizá un centrifugado...


...Desde que decidió exiliar de su vida a la única persona a la que había confesado cada uno de sus secretos...al día siguiente de festejar su cumpleaños se disponía a lavar sus trapos sucios...se afanaba en ocultar lo que florecía tras cada lavado...los tendía al sol en un intento frustrado de conseguir la calidez suficiente...aquellos trapos gastados y agujereados por el uso eran reflejo de su alma...cada año triplicaba su edad...los secretos iban creciendo y pesaban en su interior silencioso...la conciencia (o lo que quedaba de ella) le gritaba y escupía sus hechos pasados...deseaba sincerarse con aquellos que, presumiblemente, amaba...pero, ¿Cómo compartir lo que has ocultado durante años?...Temía ser rechazada por quienes amaban la imagen expuesta y proyectada...cada cumpleaños la misma rutina...por más que se esforzaba en limpiar su imagen aquellos trapos estaban demasiado desgastados y su mente excesivamente cansada...persistía en la búsqueda de la felicidad y ésta le consumía el alma que hacía tiempo vendió al diablo...éste, pacientemente, le acechaba tranquilo esperando su momento...y al levantar los ojos mantuvieron la mirada...

...infinitos besos de bolsillo...