Creo que ya os lo comenté, pero por si acaso no lo hice lo repito, que ya que una tiene fama de ser repetitiva, habrá que sacarle partido. Estoy de exámenes, bueno de exámenes propiamente dicho aún no, ya que empiezan en dos semanas. Vamos,que ahora es la época pre-examen. Época en la que en las farmacias de dispara la venta de cremas antiampollas y collosidades. Es la época en la que toca hincar codos, y claro, estos se resienten.
Después de meter horas delante de los apuntes, una va notando ciertas cosas, ciertas deficiencias. Estas pueden ser materiales o mentales. Empezaré por las más fáciles, las materiales:
Esa silla que compré por 7 leuros en el Poco D. en negro, super genial porque ocupa poco y para estar sentada un rato frente al ordenador no te muele demasiado la columna vertebral, se ha convertido en una silla de tortura. No es que me machaque sólo la columna, es que, en el pac de machacamiento vienen también incluídos los riñones y las piernas.
Hojas sucias: Para hacer ejercicios de repaso o tomar apuntes en sucio, no utilizo folios blancos porque me parece un derroche, prefiero utilizar hojas sucias, hojas que ya han sido utilizadas por una cara pero que aún les queda la otra mitad libre. Bueno pues, da igual que yo creyera tener una cantidad ingente de hojas, estas se han volatilizado, han desaparecido, no están. Creo que en el hecho de que hayan desaparecido ha influído el hecho de que llevo 4 días haciendo los mismo puñeteros ejercicios de lingüística. ¡Que hartura!
Ahora toca el turno de las deficiencias mentales. No os preocupéis, esta parte es la más corta de explicar y para mi la más difícil de entender. ¡No me entra! ¿Por qué narices tiene que hacer tantas X, T, N y G en las pseudoecuaciones lingüísticas? Y sobre todo, ¿por qué narices las tenemos que aprender? A mi que me lo explique alguien, porque no lo entiendo, es sufrir para nada...
¡Para que luego digan que la vida del estudiante en buena! Que me pregunte a mi en estos momentos.