Es una sensación rara la que tengo cuando alguien me pregunta si ya me he alemanizado o si sigo españolizada/vasquizada. No sé que responder, yo siempre digo que yo alemanizada no estoy, y los que me conocen se rien. A lo alemanes les digo que españolizada/vasquizada no estoy, y se rien también.
Hay costumbres o maneras que se acaban pegando, hay cosas que no se olvidan y se siguen haciendo. Al final hay una mezcla de cosas de allí y cosas de aquí, que no sé ni cómo explicar.
Yo me siento yo, normal, como soy. Son tres años los que llevo en tierras germanas y he cambiado muchísimo, es más, en muchos aspecto he dado un cambio radical, pero no de manera drástica. Todo ha sido un proceso que se ha tomado su tiempo y su manera de hacer.
Para los de aquí soy muy de allí, y para los de allí, me estoy volviendo muy de aquí. Al final, no soy ni de aquí, ni de allí. Esto no lo veo como un desarraigo, sino como parte de mí, con mis cosas de aquí y mis cosas de allí.