La semana pasada algunas personas ilusas en Berlín, entre las que me encontraba yo, creímos que la primavera se estaba dignando a aparecer poco poco, sin prisa pero sin pausa. ¡Ja, ilusos!. Estabamos tan desesperados por ver dos rayitos de son, echábamos tanto de menos ver un pedacito de cielo sin nubes, que yo, cuando lo vi, no me lo creí. Tuve que frotarme los ojos; por un lado porque no creía lo que veía, y por otro lado, porque el
jodio sol mañanero teutón tiene la capacidad de deslumbrarte a las 8 de la mañana, con tal intensidad que una se encamina a la
U-Bahn (metro teutón) medio llorando, por la ceguera solar momentanea, y por la emoción de ver el sol.
Los 3 días con sol de los que disfrutamos la semana pasada, fueron sin duda alguna los mejores tres días de tod
o el mes a la semana.Todo el mundo estaba tan de buen humor y había un buen rollo en el ambiente, que incluso subirse a la U-Bahn en hora punta mañanera, dejó de ser una lucha a muerte, para pasar una lucha a muerte de buen rollo.
Esta semana ha empezado gris, tristona, con 15 cm. de nieve en las calles y con caras largas, con caras muy largas. Esperemos que esta segunda fase no-deseada-ni-bienvenida- invernal desaparezca pronto y podamos volver a encaminarnos hacia la U-Bahn medio lagrimeando, cegados y emocionados.
