Es verdad que si alguien tiene algún dolor, debe hacérselo saber a las personas más cercanas de su entorno, para que se tenga en cuenta y se tome a la persona en especial consideración, si ella no pudiera hacer las cosas que hace normalmente, o si la persona estuviera de peor humor que normalmente.
Yo, que soy más bruta que un arado, en lo que los dolores se refiere; más chula que un ocho, porque yo lo valgo; y lo hago como lo hago, porque yo vengo de Baskenland. Hace que no diga constantemente qué me duele, dónde me duele o cuánto me duele, y esa falta de información hace que a la gente de mi alrededor se les olvide que me duele.
Si bien es cierto que no hay que ser un quejica, yo tengo que aprender a hacer ver que me duele. Me parece que me toca practicar las frase "¡¡¡Joeee, es que me dueleeee!!", o alguna similar, pero sin conventirme en una quejica