...desespera, que dice el refrán. Y así estoy yo, desesperaíta perdía. Para ciertas cosas tengo mucha paciencia y mucho aguante, pero para otras, como diría mi madre, soy una caga prisas. Entre que yo quiero saberlo ya, y que mi mitad teutona, con toda su buena voluntad, me pregunta que si ya lo sé, pues estamos los dos, hechos unos manojos de nervios. Claro, que a mí con mi gracia vasca, que en comparación con la teutona es muy mucha, pues se me nota un pelín más. Bueno, se me notan los nervios infinito más que él.
Claro, es que la que se la juega soy yo. Hay ratos en los que el positivismo me invade, y creo que sí, que la tendré. Hay ratos en los que, mi parte negativa vuelve, y me hunde. Y así vamos, a ratos mal y a ratos peor. Y lo que es más insufrible aún, sin saber si sí o si no.
¿Quién decía que los estudiantes tenemos una vida fácil?