Hay cosas que ni se compra ni se venden. No porque no haya gente interesada en adquirirlas, si no porque son tan valiosas que ni todo el oro del mundo junto, tendría tanto valor. La amistad es una de esas pequeñas, maravillosas pero escasas cosas que una vez se tiene, puede a uno cambiarle la vida. Cuanto menos le cambian a uno ciertas perspectivas.
El refrán dice: ”quien tiene un amigo tiene un tesoro”, y haciendo caso de la sabiduría popular debo decir, que me puedo considerar muy afortunada por contar con ciertas personas a mi alrededor. Personas que me enriquecen cada día. Personas que me hacen críticas constructivas. Personas que me hacen reír, y personas que me emocionan.
Son pocas las que me aportan todo lo descrito hasta ahora, no son más que un par. Pero esas personas son tan grandes, que tienen para mí un valor incalculable.
Doy gracias por tener la suerte que tengo y espero saber valorar la oportunidad que tengo de aprender de ellas y de disfrutarlas.