...hace 15 días que, Matías, decidió marcharse...creo que llevaba tiempo planeando su huida...a pesar de, su confesado, miedo a la muerte...sus noventa y tantos (nunca fui buena con las fechas) me hicieron pensar que era uno de los "eternos"... hace años que decidí recordar sólo lo bueno en un intento, frustrado, de evitar el distanciamiento...y fue al verlo encajonado, vistiendo sus mejores galas, cuando comencé a recordar...yo fui su primera nieta...la mayor y única niña...su "Mari"...su primer regalo fue un billete de una peseta que metió en una cartilla donde le dieron una cámara Kodak (conservo ambos)...recuerdo los veranos en su cortijo en Jaén...el olor a hierbabuena que desprendía el bolsillo superior de su camisa donde atesoraba su pequeño peine dorado...recuerdo la pequeña hoz que me regalo para cortar la alfalfa que daba a los conejos...ir a las chiqueras a dar de comer a los marranos, las cabras y ovejas, coger los huevos recién puestos...los paseos hasta los olivos montados en la mula...desgranar el maíz a la sombra del parral...el picor de las hojas de la higuera...recuerdo ponerme, a escondidas, su gorra verde de guarda forestal...cuando me enseñó a disparar con el escopetín...los paseos en su Derbi...con él me bebí el primer quinto de "Alhambra"...ese olor a loción de después del afeitado...su risa e historias...las coplillas...él me enseñó a bailar pasodobles...hombre de toros, mujeres y vino (dos de tres no es mala herencia genética)...soy consciente de que me llevé lo mejor de él...su lado más amable y divertido...
...recuerdos inconexos que forman una historia...la mía con mi abuelo...sé que para ambos fuimos importantes y significativos...a pesar de las diferencias...puede que, ahora, esté más vivo en mí que antes...son esos instantes los que le hacen florecer tras mantener nuestra relación en secano...
...infinitos besos para vuestros bolsillos...