Es así, es una verdad como un templo de grande. Es una evidencia, se ve. Se nota. Yo, lo siento.
No encajo. No sirvo como referencia, ni como ejemplo de la gente de mi edad. Nunca he sido una buena referencia para ello, y creo que nunca lo seré. No soy ni mejor ni peor, pero sí deferente. Soy como soy y después de tratar absurdamente de encajar, decidí no intentarlo más. Soy como soy, para bien y para mal.
No tengo interés en la mayoría de las cosas que se supone son interesantes para mi edad. No me suelo sentir cómoda con gente de mi edad, sino más bien con gente más mayor. No me hacen gracia las absurdeces que la gente suele mandarse en cadena por email. No tengo facebook ni ganas de volver a tenerlo. Lo siento, pero me falta paciencia e interés para tener que leer y ver tal sarta de tonterías.
Nunca he tenido como objetivo al salir, pillarme un pedal mortal. Entre otras cosas porque, nunca he necesitado alcohol ni similares que me ayuden a mostrar un yo más "libre". Yo soy libre haya donde voy, y si quiero hablar lo hago y si quiero bailar en el centro de la pista, pues lo hago también.
Y por supuesto, ni he tenido ni tengo la necesidad de mostrar al mundo cada minuto de mi vida.
Si es cierto que tengo un blog, pero en el suelo expresar mi opinión sobre ciertos temas. No por tratar de iluminar al mundo con mi bombilla fundida, sino más bien albergando la esperanza de poder entablar una pequeña discusión.
No sé si es sólo mi sensación, pero veo una terrible necesidad en la gente de mostrar que hacen, para por supuesto ser alabados y comentados en todo momento.