Comentar que Facebook es un fenómeno de masas, es completamente innecesario, puesto que hasta las personas que no lo tienen, ni saben cómo se escribe la palabrita, saben para qué sirve, o más bien qué función social cumple. Debo reconocer que, yo, mujer joven, moderna y en contacto directo diario con las nuevas tecnología (así dicho, que gusto me da conocerme), sigo sin tener muy claro para qué sirve el facebook. Queridos lectores, no me vengan ustedes ahora con el manido argumento de que el facebook está para facilitar la comunicación. Tenemos email, correo ordinario, teléfono fijo y móvil. No me vengan con que el facebook facilita la comunicación, porque señores, para mí, lo que facilita principalmente es el intercambio de estupideces supinas.
Dicho lo cual, cada uno que haga lo que le de la real gana.
Como mi opinión respecto al facebook ha quedado claramente expresada en el párrafo primero, no incidiré más en ello. Yo no tengo facebook porque me parece una pérdida absurda de tiempo, además eso de que gente se pueda quedar con mis datos y fotos personales y los maneje a su antojo, me crea cierta sensación de incomodidad.
La opción de crearme un perfil falso, tal y como hace mucha gente, tampoco me atrae lo más mínimo. Hay personas que me echan en cara no estar en facebook, y emprenden una cruzada para tratar de convencerme de que me haga un perfil. Llegan incluso a hacer alusión a lo marginada que estoy, por no tener facebook.
Queridas gentes que habitan en el mundo, si quieren ustedes decirme algo, mostrarme una foto o intercambiar información conmigo, pueden ustedes hacerlo gustosamente por alguno de los medios facilitados para ello. No pretendan ustedes convencerme de que me haga un perfil falso, porque si quiero ver fotos, optaré por pedírselas a ustedes de manera directa y personal. Más que nada para evitar principalmente dos cosas:
Que esta gente maligna del facebook maneje mis datos cómo ellos estimen conveniente.
Evitar tener que leer tanta chorrada junta.