Queridos lectores:
se preguntarán ustedes, y no sin motivo, ¿qué querré yo hoy plasmar en una entrada que no estaba programada? Pues verán queridos míos, hoy vengo a dejar por escrito mi incredulidad, enojo y enervacion para con la Verwaltung alemana. Vamos esos personajes de humor variable y fuerza poderosa que trabajan en la administración. En cualquiera de ellas.
Yo, como persona que trabaja en dos sitios a la vez además de estudiar, tengo dos contratos distintos. Según cada contrato, a pesar de tener el mismo estatus, cobro distinto salario y pago distinta cantidad de impuestos. Un obsurdo burocrático difícil de explicar.
Pero mi enojo y frustración no viene causada por la absurda manera en la que está construida el tema impuestos, contratos etc. Mi frustración viene provocada por la inutilidad de las personas que trabajan en la Verwaltung. ¿Para trabajar en una administración alemana es conditio sine qua non ser idiota? ¿e incompetente? Cada día que pasa, me inclino más a pensar que sí.
De uno de mis trabajo me han pagado de más, y tratando de rectificar su error (nadie da duros a cuatro pesetas) me reclaman que devuelva más de la cuenta. Ya me esperaba ambos errores, y las acciones a emprender están en vías.
De mi otro trabajo aún no me han pagado... ¿Y yo esté mes de qué me alimento? ¿De Luft (aire)?
Para que luego digan que en Alemania noto es orden y eficacia...