...es curioso como la sociedad contemporánea se enamora de las historias sufí, de las enseñanzas de los maestros zen, del budismo, del yoga, viejos gurús, magos, brujas, sabios, filósofos...culturas antiguas...queremos nutrirnos de la sabiduría de nuestros antepasados...yo tuve la oportunidad de conocer a un hombre sencillo, de esos a los que les brillaba los ojos al contar historias de su pueblo, pequeños cuentos de la vida real, sabiduría natural y gratuita de esa que no aparece en los libros, de esa que no se compra...sabiduría que se escucha...la vida no nos regaló mucho tiempo juntos pero aprendí mucho de este canoso maestro de viva mirada y sonrisa guasona, de voz profunda y sentimientos transparentes...me enseño que se aprende más escuchando que leyendo, me enseñó que se aprende más compartiendo que silenciando, que se aprende luchando, que aunque estés agotada tienes que seguir caminando...que la familia es lo más importante...que no tenemos que perder ni un segundo de vida...porque ésta es un regalo que solo aprendemos a valorar cuando nos queda un suspiro...me enseñó a solicitar ternura sin tener vergüenza, me enseñó a estar eternamente agradecida, me mostró su humanidad, me mostró incluso aquello que nunca se había atrevido a mostrar...su fragilidad...
...sus historias eran pequeños cuentos para mí, me abrió las puertas de su casa y de su alma...me dejó un pedacito de él con cada una de sus miradas silenciosas...puedo recordarlo feliz, sonriendo, con las manos apoyadas tras la cabeza...recuerdo la suavidad de su barba cuando me besaba...el olor del perfume de su cuello al acercarme a él...pero lo que más me da vida es recordar sus abrazos...esos que conseguían llenar mi pecho, esos que conseguían elevarme...¿sabes? Ahora necesito de esos abrazos y sé que me los das...y que cada noche me cuentas tus historias en mi luna...
...ha sido una pena no conocer el pueblo que tan bien me describiste sin ti...pero ha sido todo un placer poder plasmar su belleza en estas fotos y mostrarlas a todo el mundo...porque sé que tú estabas orgulloso de ser un hombre sencillo...nunca olvidaste tus raíces...te quiero...y lo sabes...
