jueves, 20 de febrero de 2014

Ser extranjero en la universidad II: Convalidación.



Si el presentar la solicitud ya fue una tortura psicológica, esperar a ver si me concedían la plaza, tampoco fue un momento agradable. Nervios... Pero bueno, todo pareció salir bien, me concedieron la plaza.  Antes de empezar de nuevo a clase, sólo faltaba convalidar las asignaturas ya cursadas. Cuando llego a este punto de la historia, me dan ganas de reír...por no llorar. Fue todo tan grotesco y un sinsentido tal, que ahora, visto en la distancia, sigue pareciéndome increíble.

Primero se negaban a convalidarme las asignaturas que había cursado en la propia universidad el año antes siendo Erasmus. Ellos alegaban que las asignaturas Erasmus no cuentan. Yo respondía y mostraba papeles en los que no figuraban ninguna asignatura Erasmus. Y es que señores, me dejé media vida estudiando como un alma atormentada todo un año, para que ahora viniera alguien a decirme que no les valía ni lo que había hecho en su propia universidad....

Tenaz que es una, o testaruda, como Uds. lo prefieran, conseguí que me convalidaran lo cursado allí. Pero mi lucha no acabó ahí. Yo había estudiado en el norte de España tres años filología alemana y quería que me convalidaran alguna asignatura. Por supuesto no pretendía que me convalidaran todo, pero alguna asignatura que se ajustara a las asignaturas de la universidad alemana, sí quería que fuera reconocida.

-Ja! -me soltó la buena mujer.- Aquí no convalidamos nada de universidades extranjeras. Por principios...

-¿¿Por principios??  ¿¿Principios de qué?? –Espeté yo atónita.

Se negaba tercamente a abrir la carpeta y mirar qué pedía yo que me convalidaran. Era el no, por el no. Un sinsentido en toda regla.

Mas yo mujer tenaz y tocahuevos que soy, le dejé muy claro que no me iba a mover de la silla hasta que no cumpliera con su obligación y tuviera la decencia de respetar mis derechos.

Excurso: Queridos lectores, si ya es difícil aguantar el tipo en un situación tan desagradable, más duro es aún tener que soltar una perorata en alemán. Pero yo, tengo por costumbre crecerme ante la adversidad, y le solté tal rollo a la mujer que ojiplática se quedó....


Después de más de una hora de confrontación dialéctica, abrió la carpeta...