viernes, 16 de mayo de 2014

¡Qué mala es la envidia!

La envidia es como un mal parásito, que cuando se agarra a uno, no se despega tan fácilmente. Siempre parece haber algún motivo por el que creemos que la hierva en el jardín del vecino crece más verde. Mas no siempre es así, y está en nuestra mano querer verlo o no.

Lo que me causa verdadera pena, es ver como hay gente que esforzándose una cuarta parte, esperan obtener los mismo resultados que personas que se han esforzado el doble. Y lo que me da vergüenza ajena, es que esos vagos, camuflados de persona trabajadora, traten de sabotear a la persona trabajadora o la menosprecien.

Moraleja: Cada uno recoge lo que siembra, y si sembramos más bien poco o nada, pues eso mismo obtendremos….

Y sobre todo…lloriqueos y tonterías los justos y precisos.