sábado, 15 de marzo de 2014

Yo decido



Es mío y de nadie más. Soy yo la que vive en él y la que soporta las consecuencias cuando algo sale mal. Y precisamente porque sé qué es, que tu propio cuerpo parezca volverse loco y te las haga pasar canutas, precisamente por eso no puedo estar de acuerdo con la nueva ley.

No voy a entrar a dar mi opinión extendida, en la que comentar que me parece una ley arcaica, anacrónica e injusta. Una ley que pretende complacer a los sectores más rancios y peligrosos de la sociedad española. Una ley que no sólo limita la libertad de decisión de las mujeres, si no que la supedita a la de los hombres. Porque señoras y señores, hombres y mujeres no somos iguales y ¡ni falta que hace! Somos tan distintos en ciertos ámbitos como la noche y el día y eso no debe suponer problema ninguno, ya que la vida necesita de la noche y del día.

En el momento en el que hombres y mujeres tengan las mismas capacidades fisiológicas y/o físicas para reproducirse, entonces me parecerá bien que los hombres tengan tanto que decidir como las mujeres. Hasta llegar a ese punto, porque nosotras somos, las que sin poder de decisión propia, llevamos la responsabilidad y las consecuencias de estar embarazadas, somos nosotras las que debemos decidir libremente.

Con la ley anterior  estaba la inmensa mayoría de la población de acuerdo y no subió el porcentaje de abortos. Con la nueva ley sí que subirá el porcentaje de abortos clandestinos. Y que eso tenga que pasar en “un país europeo, moderno y avanzado”, es demencial…

viernes, 14 de marzo de 2014

En La Pantalla: Secret Love (KDrama)

En la Pantalla es una sección creada por mí para este blog. En ella mostraré y comentaré series, películas, dramas (coreanos, japoneses o taiwaneses) y algún otro programa de televisión que crea interesante.



Título: Secret Love  (2013)                
Género: Romance, Melodrama
Episodios: 16
Ver: Viki
Sinopsis: Jo Min Hyuk nació en una familia rica y lo tiene todo, incluyendo una buena apariencia e inteligencia, pero carece de bondad. Él pierde a su novia en un accidente, donde sacude su mundo y lo llena de dolor y de sed de venganza.
Kang Yoo Jung es la mujer que fue detenida y encarcelada a causa de dicho accidente, pero quien realmente iba conduciendo era su novio, el fiscal Ahh Do Hoon. Yoo Jung se culpa del accidente por amor a su prometido Ahh Do Hoon y al ser encontrada culpable es sentenciada a 5 años de prisión. En la cárcel descubre que está embarazada y da a luz a un niño dentro de la misma, donde tiempo después todo se complica cuando Min Hyuk cegado por el rencor y el odio decide vengarse arrebatándole a su hijo. Ella entonces no tendrá otra opción que esperar hasta el momento en el que termine su condena.
Mientras tanto Shin Se Yeon, prometida de Min Hyuk con un matrimonio arreglado por sus familias, es la que tiene un amor no correspondido. Ella se describe a si misma con "sed de amor", y sufrirá por no tener el de Min Hyuk.
Yoo Jung al salir de prisión no contará con que Min Hyuk la está esperando con ansías para seguir cumpliendo su venganza en el nombre de su amada fallecida...
¿Qué le deparará el destino a Yoo Jung, y qué nuevos planes tiene Min Hyuk para lograr sus propósitos de venganza? ¿Terminará venciendo el odio y el dolor de un amor perdido? ¿Qué papel jugará el destino en la vida de los protagonistas?

Kang Yoo Jung ha tenido una vida muy difícil. Estuvo en la cárcel por un crimen que no cometió, le arrebataron a su hijo, y ahora que nuevamente está fuera de prisión, Jo Min Hyuk está dispuesto a hacerle la vida imposible. Yoo Jung tendrá que luchar nuevamente y enfrentarse a todos aquellos que quieren hacerle daño e intentar encontrar su felicidad.

Cuando veo dramas casi siempre me inclino por aquellos que clasifican como “comedia romántica” porque usualmente son más divertidos y tienen menos drama que uno “melodramático”. Secret Love es melodramático, así que no sabía cómo me iría viéndolo. Después de terminarlo sólo pude preguntarme: ¡¿Por qué no lo vi antes?!

Kang Yoo Jung es una chica luchadora, simpática y demasiado buena para su propio bien. Su bondad puede llegar hasta el punto de hacerla parecer masoquista, algo que usualmente no me gusta en una protagonista, pero que aprendí a tolerar y entender en esta chica. Yoo Jung lo pasa muy mal durante todo el drama, pero aún así siempre es positiva y sonríe como si nada malo sucediera, la admiré por eso. Su evolución también es muy interesante de ver; ver cómo pasa de ser una chica inocente y bondadosa a una mujer fuerte y determinada, pero siempre positiva. La actuación de Hwang Jung Eum es absolutamente perfecta. Si no fuera por ella y su gran habilidad actoral jamás hubiera logrado apreciar el personaje como lo hice. Esta actriz es una protagonista excelente y sus escenas de lágrimas te tocan hasta el punto de hacerte llorar con ella (o eso creo, porque me la pasé todo el drama llorando D:)

Con el protagonista, Jo Min Hyuk, fue odio a primera vista. Es un personaje infantil, despreciable y un poco cobarde. Pero, como la protagonista, con cada capítulo logró sorprenderme y poco a poco consiguió que me agradara. Min Hyuk pasa de ser un chico rico y con sed de venganza, a un hombre que medita mucho más sus actos y es más maduro y menos despreciable. 

La relación entre los dos protagonistas es muy interesante: ver cómo Min Hyuk pasa del odio al amor con la mujer que cree que mató a su hijo y su novia, cómo descubre la verdad y cómo juntos empiezan a aceptar sus sentimientos. El primer beso, que es muy importante en un drama, es un poco extraño, pero definitivamente refleja la clase de relación que tienen los protagonistas.



Otros dos personajes importantes para el desarrollo de la historia son Ahh Do Hoon, exnovio de Yoo Jung, y Se Yeon, prometida de Min Hyuk. Estos dos son claves en la evolución de la historia y poco a poco se van ganando su lugar en mi lista de las peores personas en un drama, con cada capítulo se vuelven más detestables y se llevan todo mi odio.

En general, es una historia llena de dramatismo, con una protagonista simpática y bondadosa que poco a poco va demostrando su fuerza y determinación, y con un protagonista que lentamente logra madurar y ser mejor persona. Un romance lleno de altibajos, con momentos de diversión, pero también con muchos momentos tristes que te tocarán el corazón.

Canción Favorita de la OST




Es mi primera vez comentando/reseñando un drama... ya iré mejorando en esto XD

¿Ven dramas coreanos? ¿Han visto Secret Love? ¿Les llama la atención?

Nos leemos :)

El fin de la apatía: las «marchas de la dignidad» o el futuro de la protesta





  
Caracterizar nuestra época a partir de la apatía colectiva reafirma la dificultad del análisis para dar cuenta de los límites de las prácticas sociales hegemónicas: omite sin más los movimientos subterráneos que –para seguir con la metáfora- podríamos describir como «sísmicos». Al menos en las condiciones actuales del sur europeo (aunque no solamente), hablar de mero conformismo, indiferencia moral o una suerte de somnolencia letárgica atribuida, en general, a las masas (de la que el analista estaría felizmente emancipado) no permite comprender la complejidad del presente ni, mucho menos, los conflictos sociales que no cesan de proliferar. Afirmar que nuestra actualidad es irreductible a esa caracterización, sin embargo, no habilita a suponer, en un arrebato optimista, que ese movimiento sea suficiente para derrumbar las bases históricas de una sociedad injusta o, de forma más acotada, para dinamitar la continuidad de unas políticas de estado radicalmente regresivas.

Nuestro análisis, por tanto, debe moverse en un terreno resbaladizo: entrela escalada autoritaria actual (ligada tanto a la reestructuración del estado español como a las mutaciones globales del capitalismo) y unas resistencias sociales fragmentarias pero no menos reales. Revueltas como la de Gamonal o la movilización permanente de la Marea Blanca en Madrid, en este punto, podrían estar marcando una nueva fase en las luchas sociales a nivel nacional. Aunque se trate de victorias pírricas, contribuyen a poner en crisis un cierto derrotismo moral extendido. La condicionalidad de esos ejemplos, a la vez, es innegable: nada garantiza que esa nueva fase tenga continuidad. Las «marchas de la dignidad» previstas para el 22 de marzo en Madrid, en la que confluirán diferentes movimientos sociales y sindicales contra los recortes y en defensa de los derechos colectivos, adquiere una peculiar relevancia: permitirá determinar si, en efecto, esas conquistas colectivas funcionan como «punto de lanzadera» de luchas populares más amplias (de carácter intersectorial y transversal) o si, por el contrario, quedan desactivadas como casos aislados.

Al menos en la práctica de esos movimientos sociales, la «ideología de la desmovilización» (resumida en tópicos referidos a la “inutilidad” de las protestas) ha sido acorralada. Como experiencias de resistencia, desmontan la falacia de la “fatalidad” o “inevitabilidad histórica” de las políticas actuales. No es que no haya alternativas al neoconservadurismo; sencillamente, no serán los poderes dominantes quienes las gestionen. Dicho en otros términos, sólo la presión social creciente puede obstruir una ofensiva manifiestamente antipopular, con escasos precedentes en España.

Aunque el autismo gubernamental sigue intacto, las luchas populares más recientes han mostrado una relativa eficacia política, producto de una erosión limitada pero efectiva de la legitimidad político-gubernamental. Constituyen prácticas ejemplares en cuanto han conseguido los objetivos primarios que se proponían: en el caso del movimiento vecinal de Gamonal, impedir la construcción de un boulevard que representaba la expropiación de los espacios públicos del barrio; en el caso de la Marea Blanca, la suspensión del proceso privatizador de la sanidad pública madrileña. Si bien se trata de logros precarios, constituyen un aprendizaje común al desafiar cierto inmovilismo despolitizado así como una dinámica discontinua de (auto)convocatorias “espontáneas”.

En conjunto, parecen estar revirtiendo cierto estado de desánimo colectivo. No menos importante en esta fase que se abre: muestra que, en determinadas coyunturas, la brutalidad de cargas policiales injustificadas, en vez de producir efectos disuasivos, puede desatar una espiral de enfrentamientos callejeros difíciles de predecir. Aunque a mi entender sería un error generalizar esa tácticade los movimientos sociales (independientemente a las consideraciones éticas que pudiéramos hacer al respecto), la frontera sacralizada (la “línea roja”) de la manifestación “pacífica” ha quedado perforada, por así decirlo, sin perder legitimidad social.

A pesar de la aversión moral manifiesta por todo el arco partidario a la “violencia” (de la que se sustrae, hipócritamente, la violencia policial e institucional), la interpretación dominante de los incidentes entre manifestantes y policía en Gamonal no ha sido la que venía siendo habitual: atribuir a unos “radicales infiltrados” toda la responsabilidad de la escena. Semejante interpretación, al menos en este caso, ha fracasado de forma rotunda, para dar lugar a otras líneas explicativas más complejas: la insatisfacción colectiva ante un plan de urbanización indeseado, el hartazgo ante la corrupción político-empresarial, las detenciones arbitrarias por parte de la policía o el carácter ilegítimo de las cargas policiales contra vecinos movilizados legítimamente por una causa común. Gamonal se plantea así como un síntoma de un malestar colectivo profundo que podría extenderse en otros territorios bajo la forma de la revuelta o el estallido social.

Por otra parte, en el caso de la Marea Blanca, las tácticas que se plantearon se han movido en dos dimensiones: articular las protestas continuas del personal sanitario con la anteposición de sucesivos recursos judiciales. La movilización permanente y las disputas en el terreno jurídico han mostrado su eficacia, frustrando un plan de privatización del sistema sanitario que se planteaba a sí mismo como irrevocable. En suma, por vías diferentes, arribamos a la misma conclusión: puesto que la eficacia política de las luchas populares no está garantizada por ningún medio en particular, forma parte de la lucha misma diversificar sus medios. La falta de garantías, lejos de ser un motivo para el desánimo, exige cada vez más apelar a medios de lucha diferentes y complementarios que resten previsibilidad a los propios movimientos. La posibilidad de la derrota, siempre vigente, puede contrarrestarse así a partir de la diversificación imaginativa de nuestras tácticas.

Recapitulemos, entonces, para desmontar algunos malentendidos. Por una parte, esos acontecimientos en particular y la proliferación de protestas públicas en todo el territorio español, podrían estar constatando el «fin de la apatía». Por otra parte, eso no significa que la cultura política hegemónica haya cambiado sustantivamente. La insatisfacción colectiva que se agudiza en el presente no equivale ni mucho menos a que se haya abolido la cultura consumista que sostiene la formación capitalista como tal sino, ante todo, que frente a las restricciones crecientes en el acceso al consumo (significado como desiderátum) la disconformidad social se incrementa. Tampoco significa que se haya traspasado una política de bienestar vallado, con su régimen de pequeños privilegios y unas condiciones de vida confinadas a los estados europeos de postguerra.

Precisamente porque las industrias culturales dominantes construyen deseos que reafirman la anatomía de la sociedad de mercado, la reducción forzada del consumo implica, como experiencia generalizada, la expansión de la insatisfacción. Nada de ello conduce por sí mismo a una transformación social profunda, sino que reafirma a lo sumo la intensificación de un deseo colectivo privado de su objeto. Por otra parte, si bien las restricciones en el acceso a los servicios públicos generan reivindicaciones ciudadanas que podrían considerarse de un signo político diferente al neoliberalismo, no suponen de forma necesariaun cuestionamiento de los privilegios asociados a un estado benefactor históricamente confinado a los países centrales (en detrimento de las periferias). Al fin de cuentas, las dudas persisten: ¿qué ocurriría con las protestas sociales si se reestableciera el nivel de consumo o de crecimiento previo al 2008, las cifras del desempleo se redujeran de forma drástica o se mantuvieran las prestaciones públicas instituidas?

Si la economía política del sacrificio produce estructuralmente una ingente masa humana como objeto sacrificable, ello implica, antes que una automática aceptación social, un cierto grado de conflictividad (que no es de por sí revolucionaria). Asumida esa conflictividad, el oficialismo se ha movido en dos frentes: procurar legitimar semejante economía política mediante un trabajo ideológico que significa la pauperización de la existencia como proceso inexorable y, simultáneamente, radicalizar una política represiva que implica cambios jurídicos de primer orden. De hecho, la misma expansión de la brechaentre deseos subjetivos y prácticas sociales, dentro del discurso hegemónico, es construida como “resultado natural” de un presunto “exceso” previo. Se trata, estrictamente, de un argumento de resignación. Bajo un discurso político semejante, ligado a una derecha recalcitrante que oculta sistemáticamente el poder decisivo que ejercen las elites económico-financieras y gubernamentales en la creación e imposición de las “reglas de juego”, la resignación es representada como destino y la servidumbre elevada a condición metafísica.

Sin embargo, es esa «política de la resignación» la que está en discusión, mostrando su inestabilidad como “evidencia de sentido común”. De forma manifiesta en España, diferentes grupos sociales están rompiendo esa jaula. Aunque el creciente inconformismo social queda reducido de forma habitual a la esfera privada, los ejemplos de Gamonal y la Marea Blanca pueden operar en el imaginario colectivo como un momento de inflexión, esto es, como el paso a una nueva fase en las luchas populares. No cabe descartar, entonces, que en esos acontecimientos políticos esté gestándose un futuro de la protesta mucho más fecundo desde un horizonte político transformador. De ahí la significación central de las «marchas de la dignidad» previstas: constituyen una iniciativa que procura articular un frentede lucha común que incluya y rebase las reivindicaciones sectoriales. Si la falta de articulación entre las luchas locales ha sido uno de los déficits principales de las protestas sociales en España hasta el momento, esta apuesta por la construcción de una cierta unidad política -en la multiplicidad de reivindicaciones- constituye un giro estratégico de primer orden. Para decirlo de otra forma: las «marchas de la dignidad» pueden ser la instancia articuladora necesaria para quienes no nos contentamos con un mundo social arrasado. Y, lo que no es menos importante, esas marchas permitirán determinar el grado de movilización popular tras los logros recientes. Es, ante todo, una pulseada decisiva e incierta: sin la consolidación de ese contrapoder popular el bloque hegemónico seguirá avanzando en lo que, en toda regla, puede calificarse como «política del saqueo».

La resultante de esa pulseada es impredecible. Las resistencias sociales son tan reales como el discurso hegemónico que significa lo actual como la consecuencia necesaria que habría que asumir tras un supuesto exceso (de consumo, de gasto, de deuda) por parte de la población, atribuido de forma cuasi-religiosa al “pecado originario” de “haber vivido por encima de sus posibilidades”. Según el énfasis que se haga, la perspectiva de análisis puede acentuar 1) la persistencia de un «sentido común» -como cristalización ideológica hegemónica- que representa la reconfiguración de la sociedad en curso como un “mal necesario” o 2) aquellas constelaciones de valores, sentidos y prácticas que dislocan esas construcciones hegemónicas y desafían los límites de lo posible. Las oscilaciones interpretativas (también, a menudo, contradicciones analíticas) con respecto al presente, que transitan del desencanto a la euforia o a la inversa, muestran que estamos en un umbral histórico donde no podemos dar nada por sentado: la incertidumbre política es nuestro punto de partida y la «crisis de hegemonía» una posibilidad que sobrevuela la actualidad, incluso si no vislumbramos un proyecto político alternativo consolidado que esté articulando las diversas insatisfacciones que proliferan a nivel colectivo.

Lo dicho, finalmente, supone que una interpretación crítica del presente necesita indagar no sólo en las claves culturales que legitiman una sociedad marcada por la desigualdad, la corrupción estructural y la restricción de las oportunidades sociales, sino también en aquellas prácticas político-culturales que ponen en crisis esa legitimidad, desafiando no sólo el conformismo sino también la resignación inoculadas. Si la actual desestructuración sistémica está produciendo un ensanchamiento de la apertura del presente, aprovechar esa apertura depende en buena medida de la construcción de un proyecto contrahegemónico por parte de los movimientos sociales con vocación transformadora.

No alcanza con que prolifere la insatisfacción, en tanto se siga deseando el mismo objeto y, sin embargo, nada impide a priori que esa insatisfacción no sea canalizada políticamente en la lucha por otras formas de sociedad. La apuesta es transformar el deseo colectivo, entonces, antes que perseguir la mera satisfacción de unos deseos consumistas e individualistas que no cuestionan en lo central el actual régimen hegemónico.

En suma, la crítica político-cultural del presente debe considerar la economía inestable del deseo y las identificaciones colectivas sobre las que se constituye. Demasiado a menudo pasamos por alto que también necesitamos incidir en esa dimensión de la subjetividad: todo proceso hegemónico se sustenta no sólo en la producción de unos sentidos determinados o en la configuración de determinadas relaciones de poder, sino también en una específica economía (política) del deseo. Estamos lejos de haber extraído las consecuencias teóricas centrales de esta premisa. Sobre todo, supone dejar a un lado un esquematismo inercial incapaz de leer el actual ensanchamiento de las oportunidades históricas. El futuro de la protestano es nada distinto a ese ensanchamiento. Sólo ahí puede residir nuestra esperanza agonística. Es responsabilidad colectiva convertir esa apertura en un nuevo inconformismo. Si la «in-dignación» es la negativa política ante el arrase, las «marchas de la dignidad» son el llamado común a construir la sociedad que no tenemos.



Arturo Borra






miércoles, 12 de marzo de 2014

Reseña: The Summer I Found You - Jolene Perry

Título: The Summer I Found You
Autora: Jolene Perry
Editorial: Albert Whitman Teen
Género: Young Adult - Contemporáneo
Fecha de Publicación: 1 de marzo de 2014
Sinopsis: Todo lo que tienen en común es que no son nada perfectos. Y todo lo que están buscando es una distracción perfecta.
El novio soñado de Kate acaba de romper con ella y ella aún está luchando con su diagnóstico de Diabetes tipo 1. Aidan planeó tener una vida en el ejército y se fue a Afganistán justo después de salir de la secundaria. Ahora es un joven veterano discapacitado luchando por aceptar su nueva vida. Cuando Kate y Aidan se encuentran uno al otro ninguno de los dos quiere involucrarse seriamente. ¿Pero pueden ser la persona ideal para el otro después de todo?


Reseña


Kate fue diagnosticada con Diabetes Tipo 1 hace un año y su vida ha cambiado completamente. Ahora tiene que ir a la escuela con un botiquín en el bolso, no puede comer lo que antes comía y se inyecta insulina cuando es necesario. Su vida no ha sido fácil, y ahora su novio la ha dejado por otra chica. Con el corazón roto y sin ánimo, Kate acepta salir con el primo de su mejor amiga, Aidan. Él tiene diecinueve años, es un ex soldado herido en combate. Ahora sin un brazo, tiene que  aprender a adecuarse nuevamente a la vida civil y descubrir qué hará con su vida. Aunque al principio la relación entre los dos no parece ser más que un "pasamos el rato porque queremos una distracción" lentamente irá convirtiéndose en algo un poco más serio y puede que ninguno esté del todo preparado para ello.

Es la primera vez que leo a esta autora, así que no tenía ninguna expectativa, por lo que no me he llevado una desilusión. El tema de la historia me llamaba mucho la atención porque suelen gustarme los libros con soldados jóvenes, pero no ha sido tan genial como esperaba.

Esta novela, contada a dos puntos de vista (lo que me ha gustado) nos cuenta la historia de Kate y Aidan, dos chicos a los que les cambia completamente la vida por un problema de salud. Kate es una chica de diecisiete años que acaba de romper con su novio, es guapa pero no lo sabe (sí, este fue uno de mis problemas), es graciosa y de su cabeza a su boca no hay filtro de ningún tipo (algo que me gustó bastante). Está enferma desde hace un año de Diabetes y no ha logrado aceptarlo, así que página a página la ves/lees lidiando con su enfermedad e intentando ocultar la realidad. Me pareció un personaje bastante infantil y superficial, y aunque muchas veces logró hacerme reír con su no-tengo-filtro-perdón-por-mis-pensamientos, en general me pareció un personaje más del montón y demasiado inmadura para mi gusto. La manera en que lidia con su enfermedad me molestó muchísimo, y aunque la idea de la autora es mostrar una chica que descubre poco a poco la gravedad de su situación, aún así no logré entenderla o quererla ni un poco.

Por otra parte está Aidan, un chico de diecinueve años que ha perdido un brazo en la guerra. Aidan es muy guapo (obviamente), atlético y divertido, pero ahora mismo pasa por un momento muy duro, así que es retraído y está molesto con el mundo. Aunque el personaje no tiene ni la mitad de la profundidad que esperaba, logró encantarme mucho más que su contraparte femenina. Los capítulos narrados desde el punto de vista de Aidan son interesantes y más fáciles de leer porque logras conectar un poco con su dolor, porque aunque a la autora le ha faltado ahondar bastante en el personaje, aún así logras ver un pequeño matiz de madurez y eso me ha gustado bastante. Aunque es guapo no es el típico chico malo, y eso claramente fue refrescante para mí.

¿Qué pasó con esta historia? fue lo primero que me pregunté al terminarla. La premisa sonaba tan interesante y atrayente pero no llenó mis expectativas. Pues analizando un poco el libro, lo que pasó es muy simple: la autora no desarrolló el argumento de la manera adecuada. El libro es demasiado corto para lograr profundizar más en los personajes y crear una historia más creíble, y la relación entre Kate y Aidan, aunque no cae en insta-love, es bastante superficial y para mí no pasa del "te utilizo como una distracción". En general todo el desarrollo de la historia es bastante superficial y definitivamente yo esperaba mucho más de ella. La autora intenta abarcar demasiados temas "difíciles" y al final no logra desarrollar ninguno de la forma adecuada. Todo se queda a medias.

Los personajes secundarios no son de gran influencia en la historia, ya que todo se basa esencialmente en Kate y Aidan, pero puedo decir que, nuevamente, este libro demuestra que existen padres buenos en la literatura juvenil. En eso logré encontrar algo positivo. En cuanto a los últimos capítulos, son bastante apresurados y el final, aunque ciertamente presenta un buen cierre para la historia, se queda igual de corto que todo el libro. 


En general, es una historia que aunque cuenta con una premisa interesante y un protagonista masculino que se convierte en la mejor parte del libro, no desarrolla el argumento de la manera adecuada y al final termina siendo bastante superficial y sin mucho significado. Recomendado para pasar el rato, pero si buscas una historia profunda y especial, este libro no es para ti.


p.d. No sé qué rayos pasó con el nombre de este libro y la portada. La historia JAMÁS transcurre en el verano y la playa no tiene nada que ver con nada o.O

Puntuación:



Sobre la Autora

Página Web || Facebook || Twitter || Libro en GoodReads


Jolene creció en Alaska. Ha vivido en Anchorage, cerca al resort de ski de Alyeska, en una cabaña en una isla en medio de un lago, y luego en una vieja y aburrida  casa.

Jolene besó a un chico en la noche de graduación de la secundaria. Uno que había querido besar durante mucho tiempo. Se casaron dos años después, han construido dos hogares juntos, sobrevivido a despliegues militares, escuela de leyes, créditos estudiantiles, y dos niños.

Jolene toca la guitarra, toma fotos, y le encanta ir de excursión. No le gustan los ríos, pero le encanta el océano. Ama volar, pero se marea. Sus últimas vacaciones sería navegar a través de las islas desiertas en Las Bahamas. Hace dos años, cumplió ese deseo cuando sus patres se jubilaron y compraron un velero.

Enseñó Francés en la secundaria cuando sólo era unos años mayor que sus estudiantes, y luego enseñó matemáticas con su título en ciencias políticas y Francés.

Gasta el dinero para comestibles en telas para diseños, zapatos y libros.

Jolene no puede expresar cuántas veces deseó poder escribir una novela. Y ahora lo hace. Muchas veces. La vida es buena.



¿Te llama la atención? ¿Lo tienes en tu lista de pendientes?

Nos leemos :)

lunes, 10 de marzo de 2014

Portadas Reveladas (34)

Hola!

Feliz inicio de semana :)... Como ya es tradición en el blog, aquí les dejo la recopilación de portadas reveladas durante la semana pasada.

Portadas Reveladas







Nuevamente no hay portadas extraordinariamente lindas, pero tengo predilección por las portadas de Goddess War porque me parecen interesantes, pero en especial porque sigo la saga y me muero por leer Mortal Gods (*-*). Además me gustan Chained by Night y Breaking Away *babas* porque también sigo esas series XD.

¿Cuál es tu favorita?

Nos leemos :)

sábado, 8 de marzo de 2014

Mala Vida III: acabando con el sufrimiento

Crei que no me daba la vida, y es que ¿quiėn me manda a mi meterme en ese lio?... Mea culpa, si es que me gustan más los desafios que a un tonto un lápiz de colores...

Las tres semanas han pasado y el proceso de selección ha acabado...
 (Modo solemne on)

Queridos lectores, lo he conseguido. Las posibilidades eran pocas, pero no nulas.
 Acėptenme un consejo, no hay mayor error, que subestimar al contrario.

 Cuando las fuerzas me lo permitan, narrarė esta batallita en el blog.

(Modo solemne off)

 ¡¡¡ lo he conseguido!!! :-) :-) :-)

viernes, 7 de marzo de 2014

Primary Colours, una noche vi bailar a una pareja dentro de una ballena

Estaban en la tercera fila, junto a la barra. A penas se movían mientras sonaba If I belong to you, disfrutaban tanto del ritual que parecían estar en su baile de graduación en 1962 en algún lugar de Estados Unidos.

Primary Colours tienen algo de primera cita, de máquina del tiempo y de noche de verano.

Primary Colours, 6 de marzo de 2014. Sala Moby Dick (Madrid) / FOTO: MARÍA CRESPO


La magia de los comienzos. De los momentos en los que las primas chillan desde la primera fila y la abuela se emociona al final de la sala (llegada desde Canarias ex profeso). Primary Colours son Gutxi Bibang y Briana Capote. Llegaban desde Barcelona con un gracias "a cada uno de vosotros por estar aquí" cosido a cada estribillo.

La sala Moby Dick (Avda. del Brasil, nº 5) fue el escenario para disfrutar de su primer EP, Synonims for Heartache. Una hora de concierto en la que se hizo obligado el bis de la fantástica canción, Wonderland.

¡No les perdáis la pista! Este verano se harán un hueco junto a vuestros mojitos.