La estafa sistémica y la violencia policial y política ejercida contra la ciudadanía necesita crear como compensación la imagen de una violencia callejera, encarnada en presuntos "radicales" que, en verdad, no son más que pretextos fabricados desde el mismo poder gubernamental. No es la primera ni la última vez que la policía se infiltra para reventar manifestaciones legítimas contra un saqueo politico-institucional sin precedentes democráticos.
Ante la falsa imagen de los "radicales" nuestro camino es la radicalización de la protesta social. Como la misma etimología del término "radical" señala, se trata de ir "a la raíz" de este problema: la ofensiva global del capital.