Ayer me sacaron dos muelas del juicio, la de arriba y de abajo de la parte derecha. La operación fue bien, aunque tal y como ya avisó la cirujana fue difíci, apreto, estrujó y tironeo con toda su alma. Tanta palanca hizo y tan abajo estaba la pieza, que llegó un momento en que el instrumento de tortura que estaba usando, o como ella se empeñana en llamarlo "herramienta para la estracción", se quedó colgando en mi boca y ella tuvo que coger aún más impulso, y sí, al final el trozo de muela salió.
Cuando ya acabó abajo, empezó arriba. Cuando cortó la encía con mucho amor, eso sí, fue cuando nos dimos cuenta, bueno más bien yo, de que la anestesía en la parte de arriba no era la suficiente; así que muy amablemente y balbuceando, tratando de no escupirle mucho le solté un "¡¡aaaaaaaaaaaahhhhhhhh!!" , que ella muy inteligentemente interpretó como un "ayss espera que me dueleee" y ahí ya, me pincho más anestesía. Después todo fue, como decirlo, algo mejor, no hubo taaaantos tirones. Al acabar después de felicitarme por ser "tan valiente", comentario que yo interpreté más como un "gracias por no haberme un montando un pollo del 15", me dio una notita con todas las cosas que no puedo hacer etc. etc. Llegó el momento de darme pastillazas para el dolor, y la tía me daba 2, ¡¡dos miseras pastillas!!, le mentí, diciendole que en casa no tenía ninguna, puse cara de gatito de Shrek y me dio 4, vamos que se hernio de puro generosa que fue......
Sólo tengo que tomarmelas si me duele, llegado a este punto, permitánme que me ría con el "si me duele", sí me duele sí, a mí que me llamen blandurria, pero me duele. Yo no sé exactamente qué tienen en este país contra las pastillitas contra el dolor, con lo buenas que ellas. Ya me mata cuando el médico me suelta un "si el cuerpo ya sabe actuar por sí mismo. Él solo lo hace todo". Menos mal que la cirujana fue precavida, no jugó con fuego y se ahorró semejante despropósito.