En nuestro pequeño gran palacio pero con forma de mini piso, situado en la capital teutona, no nos queda mucho más espacio para seguir acumulando cosas en general, y libros en particular. Mi maromen y yo, sobre todo yo, tenemos bastantes libros, y nos gusta mucho, bueno, más bien me gusta a mí, ver mis libros bien colocaditos en las baldas. Ahora es cuando entono el mea culpa, porque mis libros tienen cierta tendencia a invadir espacios.
En casa de mis padres conté en mi habitación 115 libros a la vista. 115 sin contar libros de alemán, ni de la uni, ni los 20 libros que están metidos en una caja. 115 libros no están mal, a mi me parece una cifra bonita. Lo malo es cuanto tratas de meter una cifra bonita de libros, sin contar dvd y materiales citados anteriormente, en una habitación. La cifra es preciosa, pero el espacio es reducido. Toca jugar al tetris.
En mi pequeño, bueno nuestro, pequeño-gran palacio berlinés acabo de contar 81 libros y diccionarios, sin contar dvds. Todos míos, el maromen tiene su propia estantería.
Yo soy feliz con mis libros y ellos son felices conmigo, pero la falta de espacio empieza a ser evidente, por mucho que yo trato de negar la evidencia. Como mi apetito lector no disminuye, se transforma dependiendo de las circusntancias, he pensado en comprar un eReader.
Esto de las nuevas tecnologías es un rollo increíble. Hay nosecuantos modelos de eBooks, varos formatos de libros, programas que cambias los libros de un formato a otro; ¡qué lio!, con lo fácil que es ir a la libreria, coger el libro que quieres, pagarlo y ya lo tienes en las manos. La única dificultad viene a la hora de colocarlo en la estanteria...