jueves, 11 de julio de 2013

Ponte sus zapatos

Hoy quería publicar una entrada comentando que era feliz cual perdiz. Bueno, soy feliz, pero ahora estoy muy molesta con comentarios que he oído hoy. Y es que a mí me enfada enormente cuando la gente no intenta ponerse en los zapatos de otra persona y de tratar de entender por lo que la otra persona está pasando.

Cada uno tenemos unas circunstancias personales e intranferibles. Hemos vivido experiencias distintas que nos hacen ver las cosas de una manera o de otra. Yo, por lo que me ha tocado vivir, por suerte o por desgracia, soy una persona con un plan B y un plan C preparado. Ésto supone, a priori más esfuerzo y mayor gasto de energía en pensar cómo hacer si pasa X. Habrá gente que diga que, no hace falta pensar en si pasa X, quizás no pase. Yo, por lo haber vivido lo que he vivido hasta ahora, pienso que es mejor tener siempre una segunda opción preparada, más que nada por si se diera el caso en el que el plan principal se torciera mucho, y lo que es peor, de manera inesperada.

Cuando uno tiene problemas no es capaz de pensar con claridad. Y muchas veces, para solucionar los problemas hay que pensar muy mucho antes de actuar. Es cierto que hay veces, en las que no queda otra más que apartarse para que la porquería nos salpique lo menos posible.

Hoy, en el trabajo, me han hecho un par de comentarios, que sin ser maliciosos, o por lo menos yo no he pensado que me los hicieran con intención de herirme, sí que me han dado mucho que pensar y eso sumado a mi cansancio mortal, ha hecho un estado de indignación se apoderara de mí. Menos mal que tengo mucho autocontrol y que ni se me ha notado.

Ahora mismo trabajo 2 horas semanales menos al máximo permitido para los estudiantes. Creedme es sumamente difícil trabajar tando y acabar una carrera. Y todo esto en un país que no es el tuyo, que por mucho que uno trate de aclimatarse, siempre habrá cosas que se nos hagan difíciles. Si trabajo tanto no es por gusto ni por amor al arte, es porque me hace falta el dinero; más claro agua. 

Cuando llegué a Alemania hace 4 años, llegué con apenas nada y acabando de pagar el ultimo plazo de la deuda que tenía con la universidad. Es lo que tiene ser pobre y no poder pagar los plazos de la matrícula puntualmente, uno contrae una bonita deuda, que la universidad se encargará de recordarte cada poco tiempo, bajo amenaza de congelación del expediente académico.

Llegué y trabajé como una mula durante casi un año. Era Au pair en una familia, limpiaba la casa de otra y daba clases de español al vecino. Vamos, un no parar de disfrutar. Cuando hice mi año erasmus disfruté de tres becas que en total cubrieron una cuarta parte de la estancia. Y eso que fue una estancia humilde sin mucha fiesta loca.

El curso universitario siguiente al del Erasmus yo era estudiante regular (todo un logro haber conseguido la plaza) y justo cuando ya no me quedaba dinero conseguí las primeras horas de trabajo y de ahí hasta ahora ha sido un no para de trabajar y un no parar de conseguir horas. Entiendo que haya personas a las que esta cantidad de horas les parezca algo exagerado, pero desgraciadamente no gano tanto como para poder trabajar menos y encima ahorrar. Si me quedo sin trabajo no tengo derecho a paro ni a ninguna ayuda. Aquí, de momento, sólo tengo derecho a pagar.

Me molesta enormente que se me hagan comentarios, por poco mal intencionados que sean, sobre si cuando acabe el master cobraré más; pues hombre eso espero. Me molesta que se me diga que dos horas más a la semana de trabajo no son tanta diferencia a final de mes. Pues perdona, son 88 euros más al mes. Si a ti te sobran dámelos, así yo trabajo menos y me llega para vivir dignamente y pudiendo echar una mano a mi familia, que desgraciadamente la necesita. No me llega para viajar, ni para comprarme chorradas, me  cuesta mucho ahorrar un par de euros por si me quedo sin trabajo.

Sí es duro, pero es lo que me toca vivir. No me vengas con tus comentarios lastimeros y después me dejes entrever que  te da la sensación de que me importa mucho el dinero. Sí, me importa y mucho. No quiero tener que volver a trabajar 12 horas al día. No quiero tener que trabajar teniendos meningitis. No quiero tener que pasar los apuros económicos que ya he pesado.

Y lo que más gracia me hace, es que estos comentarios me los hacen alemanes. Ellos, que son capaces de comprar comida de dudosa calidad para ahorrase un par de céntimos. Ellos que lavan la ropa poco, para que no se desgaste. Ellos que.... Lo dejo, no necesito citar más ejemplos.