miércoles, 25 de marzo de 2009

...un jardín lleno de aromas...

- ¿Tienes algo pendiente?
- Algún que otro instante que vivir.
- La metástasis te ganó la partida.
- ¿Cuánto?
- Un mes.
…al salir de la consulta brillaba el sol así que decidió ir al vivero dando un paseo. Una vez allí compró semillas de albahaca, menta, romero, cilantro, lavanda, estragón y tomillo. Recoge su coche, un Volvo C30 color negro, y se dirige a la tienda de Armani. Compra siete trajes de chaqueta, siete camisas y siete corbatas de color negro. Camina hasta una zapatería próxima y adquiere siete pares de zapatos Blucher. Todo lo paga en efectivo. Con delicadeza lo deja en su impecable maletero. Al llegar a casa se sirve un gin tonic de Bombay Sapphire con un chorrito de limón escurrido y entra en su despacho. Sentada, cómodamente, coloca sobre el papiro su plantilla de caligrafía minúscula Beneventan, moja en tinta la plumilla y comienza a escribir:

…las semillas de justicia germinarán sobre el mejor estiércol…

Al terminar los siete papiros abre el cajón izquierdo de su escritorio saca su Astra 400 modelo “Francisco Ascaso, Tarrassa”, la carga con siete balas y, con sumo cuidado, le saca lustre. Se sirve otro gin tonic y enciende el portátil. Abre la carpeta “aromáticas” y repasa, uno por uno, los siete informes. Aquellos pederastas quedaron en libertad por falta de pruebas. En su mente la historia de cada uno de aquellos niños: miedo, llanto, dolor, fragilidad, silencios, miradas, voces que tiemblan, trazos, infancia despedazada…Antes de irse a dormir dejó en el galán la ropa dispuesta para la noche siguiente.
Al anochecer se dio un baño caliente con esencias y abundante espuma. Secó cada poro de su piel. Perfumó su cuerpo. Antes de comenzar con la ropa interior hizo el nudo de la corbata, sentía deslizar las telas sobre su piel. Frente al espejo cuidó que todo quedara perfecto. Guantes de piel en sus manos. En el bolsillo interior de la chaqueta depositó el sobre de semillas de menta (había decidido comenzar con ellas), del despacho cogió un papiro y el arma. Memorizó la dirección. Tranquila subió al coche, arrancó y puso música (la voz de María Callas interpretando Madame Butterfly de Puccini le acompañó durante todo el trayecto). Antes de bajar del coche se puso unas gafas de sol. Serena llamó a la puerta. Como esperaba él abrió la puerta. Un disparo en la entrepierna. Esparció las semillas sobre la sangre y puso el papiro bajo la cabeza. Subió al coche. La música a todo volumen. Al llegar a casa se deshizo de toda la ropa quemándola en la chimenea y se sumerge en la bañera llena de espuma…
Siete noches sembrando justicia, siete trajes, siete papiros, siete balas…siete…la séptima noche formateó su portátil, hizo el equipaje y cogió su coche.
…en el primer piso de la Österreichische Galerie Belvedere en Viena alguien susurra: “Metástasis puedes avanzar tranquila”…

...infinitos besos de bolsillo...