martes, 9 de noviembre de 2010

Un obelisco

Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y nosotros que vamos de Homo Sapiens Sapines, algunos muy sapiens, y vamos a ser los únicos animales que tropecemos dos veces con la misma piedra. Hay gente que incluso tropieza más de dos veces.

Yo veo la piedra, está ahí, justo en le medio, es bien visible, y no oiga no es una chinita, es un predusco del tamaño de los obeliscos que transportaba Obelix, por lo menos.

A pesar de verla, de saber que está ahi, de saber que posiblemente me vuelva a tropezar, me dirijo a ella de manera quasi directa y sin apenas titubeos. Me parece que esta vez más que tropezar tengo la gran posibilidad de darme la hostia del siglo.

¿Qué narices estoy haciendo entonces? ¿ Y si me caigo de verdad?

Me parece que a pesar de haber pasado tiempo me siguen doliendo las cicatrices de las rodillas. Sí, aquellas que me salieron con la última caída. Sí, efectivameíte, aquella caida que parecía sólo un tropezón, va a resultar que fue peor que la caída por un barranco.