viernes, 12 de julio de 2013

Yo te enseño las tetas y tú....

y tú no tienes ningún derecho a tocármelas a no ser que yo te lo pida. Son mías, si yo tengo a bien compartirlas contigo, dísfrutalas. Si no te dejo claro si quiero que me las toques, ante la duda, la mano al bolsillito, al tuyo.

Dejando de lado si me parece más o menos decoroso, y más o menos divertido ver o mostrar mis preciosos pechos a una muchedumbre de gente, normalmente borracha, y hambrienta por pillar cacho, no me parece de recibo, que si yo, haciendo un acto de generosidad enorme, decido mostrar mis maravillosos senos, que nadie se atreva a acercar sus manos, o más bien zarpas en algunos casos, a parte alguna de mi de mi anatomía.

Cuando de vez en vez, tengo el gusto de poder deleitar a mis preciosos ojos verdes, al observar un bellezón masculino ( y no, por favor, que no se parezca a Ronaldo, que me pone mala, pero mala de iughhh), no me tomo la libertad y el descaro de posar mis delicadas manos en ninguna parte de su fantástica anatomía. Primero porque yo soy una mujer, ante todo respetuosa con el espacio vital de cada persona. Y segundo, porque yo ya tengo la gran suerte de poder posar mis delicadas manos en una anatomía masculina más que fantástica.

En resumen, se mira con lo ojos, y tocar, mejor no toques....