martes, 25 de marzo de 2014

La parte contratante....


...y la parte contratada.

Desconozco si todos son tontos o se lo hacen. Lo que sé, es que siempre me toca lidiar con el trabajador más torpe ¿Será Murphy? ¿Me tiene tirria el de arriba? ¿Será que es su manera de enseñarme a ser paciente? No lo sé. Lo único que sé, es que parece que las personas más tontas, son las que más poder tienen en nuestra relación. Me explico. 

Hallábame yo en un estado de semifelicidad, y es que yo que soy muy mía, no me lo creo hasta que no lo firmo. Así pues, hasta que me llamaron ayer para pedirme amablemente que fuera a firmar mi nuevo contrato con la universidad. 

Breve inciso: A partir de la semana que viene soy tutora en la universidad, y estoy a cargo de un curso durante el semestre de verano.
(Ahora es cuando me llueven las felicitaciones….. ¡Es broma!)

Prosigo. Hoy me dirigí pues, rauda y veloz a plasmar mi rúbrica en tan importante documento, y cuando por fin llegué al final de laberíntico camino que me condujo hasta el ansiado despacho, me encuentro con que (sic) “oh, hay un problema”. Será que una lleva ya una temporadita por estos lares. Será que me voy familiarizando con la especie animal que en tierras teutonas se ocupa de la burrocracía. Será que siempre me toca el más tonto. Será….
Yo entiendo que no soy representativa del colectivo estudiantil, ni español ni teutón. Vamos, que siempre me salgo del marco. Y miren Uds. que yo intento ir derechito, pero oigan que no me sale. Una vez que la buena mujer comprendió y aceptó que sí que trabajo 20 horas a la semana (que es el máximo permitido, pero es una excepción), pasamos a la fase de no me he leído tus documentos y te lo haré saber haciéndote las preguntas más absurdas que te puedas imaginar. Ahí es cuando yo hago acopio de todos mis nervios y templanza y respondo por quincuagésima vez la misma pregunta, que no conduce a nada más que a llevarme a mí a un estado al borde de nervios. Eso sí, llevado con mucha dignidad y mucha contención, no sea que los teutones se me asusten si subo ligera, pero enérgicamente, el tono de mi dulce voz.
 
Así pues, después de 20 minutos, con un tic nervioso en el ojo izquierdo, una arruga amenazando salir, y habiendo perdido años de vida, he cogido mis papeles y con viento muy fresco he desaparecido.

Eso sí, habiendo deseado un schönen Tag!