viernes, 1 de octubre de 2010

¡ Hay que acostumbrarse!

Aquí estamos un día más, hace una mañana fresca, y cuando digo fresca quiero decir, ¡¡ayss que se nota ya el fresquibiris alemán!! Aunque bueno esto a mi tampoco me pilla de nuevas, que ya cargo a mis espaldas los recuerdos del otoño e invierno del año pasado, que fueron de los más duros en bastantes años que recordaban los autóctonos.

Tener ese recuerdo, esa idea mínima de cómo va a ser el frío ayuda bastante a la hora de mentalizarme, sí, ayudar ayuda, pero no veais como jode el frío que hace en esta casa ya y todavía no estamos en octubre. Y eso que de momento no puedo quejarme porque aún no caen chuzos de punta...en breve empezarán a caer día sí y día también, pero de momento los pies siguen secos en sus zapatos.

Son muchas las cosas a las que uno se tiene que acostumbrar al llegar a un país nuevo. Al principio supone un gran esfuerzo, es difícil y para algunas personas duro, dependiendo de donde provenga, y del  carácter de la persona en sí.

Ahora mismo me viene a la cabeza el recuerdo de una chica de Caranias que conocí el año pasado en Frankfurt, y que contaba que el haber vuelto en diciembre se puso malísima, porque pasó de tener 20º de temperatura en Canarias a las -15º que teníamos nosotros en ese momento en Frankfurt. Su cuerpo no aguantó bien el constraste tan fuerte y se puso enferma.

Una de las cosas más duras me resultó al principio fue el tener que acostumbrarme a un clima tan distinto. Sí de donde yo vengo también llueve, los días son grises y hace fresquete en invierno. Pero el hecho de saber por experiencia que aquí a las 16:30 estará todo oscuro me cuesta, se me hace duro y el año pasado me resultó muy deprimente.

La verdad es que se pierden las ganas de hacer cosas, de salir de casa. Sólo apetece manta, sofá y peli. parece que entramos en un estado de letargo. Toda esta sensación dura hasta que llega la primavera y con ella parece que todo vuelve a la vida, se ven las primeras flores, los pájaros cantan, no hace tanto frío y las calles vuelven a ver tomadas por  la gente.

¡Aquí estamos y hay que acostumbrarse!