sábado, 25 de agosto de 2012

La economía política del sacrificio III: el repudio de los otros

 
 
Ya no escuchamos con tanta frecuencia el discurso arrogante de los portavoces del “primer mundo”, entre otras cosas, porque ese “primer mundo” ni siquiera existe en tanto realidad homogénea. De la teoría de los tres mundos no queda, en buena parte del planeta, más que el tercero. La mundialización del tercer mundo incluso en los países centrales arruina cualquier pretensión de superioridad europea. Dicho de otra manera, el eurocentrismo está herido de muerte. La lección es clara: nadie está a salvo en el capitalismo, como no sean unas elites mundiales que gobiernan a espaldas de los pueblos, en la más absoluta opacidad. En cualquier parte donde se viva o sobreviva -según complejas coordenadas de clase, género, etnia, procedencia o edad- uno se topará con escombros. La creencia en una superioridad esencial, ligada a una etnia, una cultura o una nación, está jaqueada por la propia dinámica capitalista desterritorializante. El desbordamiento de una economía globalizada con respecto a los estados-nación (en tanto garantes necesarios de su despliegue) es inocultable. Lo que rige el movimiento de multinacionales y capitales financieros no es la lógica nacionalista sino la lógica de la mercancía: la “patria” inlocalizable del capital.
  
Que todavía ese núcleo etnocéntrico tenga anclaje social en Europa y EEUU no hace más que agravar las cosas: contribuye a sedimentar un discurso de cuño fascista, que además de construir al otro como sujeto inferior, lo supone inconvertible, esto es, incapaz de advenir como «semejante». Ahora bien, ante sujetos declarados inconvertibles lo único que se puede hacer para neutralizarlos es el control, el confinamiento o la muerte.
 
En Europa, seguir acusando a otrascomunidades (“sudacas”, “moros”, “chinos”, “negros”) de las carencias globalizadas sigue siendo una manera de desconocer un modo de producción que sólo puede sobrevivir sobre la ruina de los otros. Agitar la amenaza demagógica de la invasión de los bárbaros oculta la barbarie de una sociedad del sacrificio, que transfiere la responsabilidad a los propios damnificados. Al negar las desigualdades inherentes a un orden internacional criminal, reduciendo el problema a una cuestión de «méritos individuales» y de «capacidades culturales» (según un esquema desarrollista unidimensional que identifica el «desarrollo» con el eje Europa/EEUU), esas acusaciones no pueden dar cuenta de lo que está ocurriendo en el sur europeo, en particular, el crecimiento descontrolado de sus periferias interiores.
 
La xenofobia y el racismo, como operadores selectivos y estratificantes, en vez de haber mermado ante las dificultades colectivas crecientes, aparece como el último refugio de una derecha que llama a “levantar la marca-España” (como si se tratara de un sello diseñado a través del marketing) hundiendo a los otros: supresión de fondos de integración, reducción drástica del presupuesto para políticas de codesarrollo y cooperación, desfinanciación de partidas destinadas a los colectivos de inmigrantes, refuerzo de una política de control migratorio, aumento de la presión contra la inmigración irregular, mantenimiento de los centros de internamiento de extranjeros, taponamiento de una política de asilo, etc. Si por un lado los hermanos ricos del norte son recibidos como agua bendita por la industria del turismo  y los empresarios chinos -no sin ambivalencias- elogiados en su laboriosidad infatigable y sobre todo su empuje inversor, la suerte mira a otra parte cuando se trata de trabajadores inmigrados, de los cuales más de un tercio está en situación de desempleo. Ningún ejercicio de autocrítica ni llamado a la humildad cabe esperar en esta coyuntura. Se trata, según la política en curso, de afianzar el sacrificio de los otros, de hacerlo más perdurable, de convertirlo en un punto irreversible (incluso cuando eso signifique, a largo plazo, la propia bancarrota).
 
Puede que muchos grupos identificados con la derecha sigan acusando a esas víctimas de ser responsables de lo que padecen (especialmente, si no forman parte de la propia comunidad nacional). De todas maneras, incluso si se representan como “superiores”, también están condenados. Casi todos, como no sea haciéndose propietarios de una empresa de seguridad o convirtiéndose en lacayos útiles y dóciles. Ni siquiera eso los inmuniza y también ellos serán “sacrificados” a su tiempo.
 
La reestructuración sistémica actual pone en jaque las prerrogativas de las que gozó antaño Europa. “Europa” misma es el nombre de una fractura política y una desigualdad económica manifiesta entre sus países-miembro. En esas condiciones, la inculpación a “los extranjeros” de la “crisis” es ridícula e inconsistente. La derecha más informada lo sabe y por eso necesita hacer malabarismos para ocultar la correlación entre «inmigración» y «crecimiento económico» -basado, por lo demás, en un modelo productivo insostenible-. Agotada la ilusión del derrame de la riqueza, usar como chivo expiatorio al otro no pasa de ser una estrategia desesperada para desviar la atención de los auténticos responsables de la debacle económico-financiera actual.
 
La maldición del “vuélvete a tu puto país” adquiere un nuevo sentido: no sólo el retorno concreto de miles de inmigrantes a sus países de origen, sino también la migración en sentido inverso, especialmente de miles de jóvenes que parten en busca de las oportunidades que el “primer mundo” les niega. En una irónica inversión, parte de quienes ayer cerraban sus puertas deben ahora golpear aquellas otras que miraban con reservas, cuando no con prepotencia. Para más humillación, muchos de ellos tendrán que sufrir las trabas burocráticas y legales que el estado español exigió a los inmigrantes en la última década.
 
La paradoja más notable de esta economía política del sacrificio, sin embargo, no es el repudio de los extranjeros en nombre de un gran Otro (el Mercado) sino la necesidad de extranjerizar a los propios, esto es, de construir cada vez nuevos “otros” a los que sacrificar (ya no bajo la forma de la expulsión sino de la pauperización). La conversión de millones de ciudadanos españoles en ciudadanos de segunda mano –a nivel político, económico y cultural- es el primer paso para la legitimación de una política a medida de las clases dominantes. Esos conciudadanos convertidos en extraños, son legión: jóvenes, mayores, discapacitados, dependientes, desahuciados, desempleados… El patrón común que tienen es su específica pertenencia de clase. Como sectores subalternos son objeto de una política que necesita cosificarlos para abatirlos con la menor resistencia posible. Como víctimas propiciatorias no alcanza con saquearlas y hacerlas partícipes forzosos del sacrificio; además, se trata de estigmatizarlas, inculpándolas de no estar sacrificándose lo suficiente, de no estar “esforzándose” todo lo necesario para salir del pozo en el que supuestamente se han metido por negligencia, falta de méritos o irresponsabilidad. 
 
Lo “propio” enajenado es la condición de sacrificabilidad. Ahora bien, ¿no se trata más bien de un pseudosacrificioen tanto sólo se ofrenda a aquellos que nuestros amos han prejuzgado como no valiosos (esto es, a los que considera «sobrantes estructurales»)? La respuesta es afirmativa. De ahí el reproche perpetuo de esos poderes sin rostro de los “mercados”: no has hecho los sacrificios suficientes. Nada señala, pues, que esta espiral de ajustes infinitos a las clases populares y medias vaya a detenerse. Cuando ya no alcancen quienes están tipificados como otros, esta política necesitará construir nuevas categorías de marginados a los que sacrificar. El genocidio al que tantos asisten como un espectáculo indiferente se nutre de esta exigencia infinita: puesto que esos otros ya están condenados al no-valor, es imperativo hacer nuevos sacrificios cada vez más costosos. El compromiso de los mandatarios con esta tarea interminable, imposible de satisfacer como no sea creando crecientes masas marginales, además de perversa, puede resultar sorprendente: para salvar unas elites, los que gobiernan tienen que convertir las propias poblaciones en objetos sacrificables. Y puesto que el presupuesto fundamental de esta forma de sacrificio neoconservador es que el sacrificado no coincida con el sujeto que sacrifica, todo hace prever que en la lista de espera también habrá casillas para los “propios ciudadanos” convertidos en extraños.
 
¿Qué límite se plantea internamenteesta política? ¿Hasta qué punto están dispuestos a llegar y cuánto les permitiremos avanzar a nivel colectivo e individual en su ataque sin precedentes? Y puesto que los demás son nuestro espejo y que no somos sino a través de ellos, ¿qué suerte podría correr un sistema así, que declara una guerra a muerte a los «otros» fabricados a medida de su ambición ilimitada? ¿qué insoportable imagen arroja ese espejo, como no sea la de una codicia insaciable, esto es, la miseria infinita de esta subjetividad sacrificial que encarna en los agentes del capitalismo? No basta decir, como algunos ecologistas hacen, que “el dinero no se come”. Es cierto, pero no podemos permitirnos esperar a que se den cuenten y recapaciten sobre la condición constitutiva de los demás. Esperar a que estas elites mundiales se autolimiten en términos éticos es completamente ilusorio. En primer lugar, porque dar por sentado que no lo saben ya es algo totalmente dudoso. Pero sobre todo, porque si alguna vez estuvieran dispuestos a recapacitar, sería demasiado tarde.  
 
 
Arturo Borra

La historia de los 400

La historia de los 400, euros, se entiende. Es un tema que no tengo muy claro, a pesar de leer muchas noticias sobre ello en el periódico. Me da la sensación de que el gobierno está jugando a despistar y desgraciadamente conmigo lo están consiguiendo.

Se supone, y corríjanme si me equivoco, que la prestación de 400 y pocos euros, es la que se recibe cuando se acaba la prestación del paro, la cual se cobra dependiendo de lo cotizado. Hasta ahí creo llegar bien.
Se supone que la prestación de 400 euros es para todo al que se le haya acabado el paro. Esto estaría bien, si la cantidad de personas a las que se les ha acabado el paro fuera menor de la que es, y si esas personas tuvieran una posibilidad real de encontrar un trabajo que les permitiera llevar una vida digna. Como las cifras son las que son, y las cuentas no cuadran, están tratando de meter más la tijera.

La parte extraña de la historia de los 400 es, por lo menos para mi, que haya habido gente que se ha quedado en paro, ha agotado su prestación de paro, y al suceder esto han pasado a cobrar automáticamente sus 400 euros sin tener en cuenta que esas personas habían regresado a un hogar paterno que dispone de una cantidad ecnonómica más que suficiente para vivir holgadamente. Si lo citado anteriormente es verdad, me parece una vergüenza y una falta de respeto enorme a las personas que verdaderamente necesetan ayuda económica del estado. Nadie malvive con ayudas sociales por gusto, pero que haya gente que tarde en cobrar la ayuda, porque hay gente que, aún teniendo muy buen apoyo económico familiar, la está cobrando, no me parece de recibo.

martes, 21 de agosto de 2012

¿¿Pero tú también tienes calorrr??

Hace una semana que tenemos muy buen tiempo en Berlín, con sol y calor. Mucho calor. Superar los 35º en esta ciudad es sinónimo de ahogo, las calles, las aceras, los edificos cogen tanto calor que resulta muy desagradable caminar por la ciudad.

A estos calores hay que sumer las hordas de turistas que todo lo invaden y bloquean. Yo entiendo que quieran ver los monumentos y edificos que hay por toda la ciudad, pero que 50 personas bloqueen la acera por hacerlo al mismo tiempo, enerva bastante.

Yo, como mujer precavida que soy, voy a todas partes con mi abanico negro, porque sentarse en una aula con otras 25 personas a 35 grados ahoga más aún que luchar contra las hordas de turistas. Algún ¡qué calor! se suele oir, algunos provienen de mi boca, y al decirlo siempre hay algún teutón desorientado que me pregunta, ¿pero tú tienes calor? ¿no estás acostumbrada de España?

Alma candida, sí siento calor, no tiene nada que ver ser o no de España para que la falta de oxigeno y los grados que se acumulan y vician el aire me sienten igual de mal que a tí. Bueno, miento, igual de mal no me sientan, que mi ropa sigue combinando entre sí...


jueves, 16 de agosto de 2012

El laboratorio Roche podría ocultar 15.161 muertes por sus fármacos (por Miguel Jara) y video denuncia Industria Farmacéutica



Publicado por Miguel Jara el 23 de junio de 2012
extraído de su más que recomendable blog  http://www.migueljara.com/

El laboratorio Roche podría no haber comunicado a la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) miles de reacciones adversas provocadas por sus medicamentos en Estados Unidos. Es escandaloso. Otro escándalo, a los que nos tiene acostumbrados esta compañía, pues podrían haber ocultado hasta 15.161 muertes relacionadas con sus fármacos. En estudios postcomercialización realizados en EE.UU. -o resto del mundo-, en ensayos clínicos, en programas de farmacovigilancia del propio laboratorio se recogen muchos datos relacionados con las Reacciones Adversas de los Medicamentos (RAM). Estos datos se ocultan y/o se pintan de otra manera a la EMA, como parece que ha hecho Roche (y si lo ha hecho Roche qué no harán otros).

Es lo que el abogado Francisco Almodóvar, con el que me he asociado entre otros motivos por todo esto, denuncia desde hace tiempo con ejemplos concretos como el del medicamento Fosamax, del laboratorio Merck Sharp & Dohme. Parece que se están dando pasos positivos en farmacovigilancia en Europa pero la farmacovigilancia debe tener carácter mundial; no tiene sentido de otro modo.

Así que fijaos en cómo las gastan. Es un claro ejemplo de ocultación de información desde la central de EE.UU. sobre los daños que provocan muchos medicamentos. El artículo no explica nada sobre si ha habido también errores en el sistema de notificación de sospechas RAM a la agencia de medicamentos de Estados Unidos, la poderosa FDA. Esto también ocurre, que la FDA tenga datos y por error de comunicación o coordinación no los comunique a la EMA. Habrá que estar atentos a esto porque es una bomba en cuanto que es la primera vez que la EMA se pone seria realmente. Es un noticia positiva, veremos hasta dónde llegan las investigaciones de la agencia europea.

http://www.migueljara.com/2012/06/23/el-laboratorio-roche-podria-ocultar-15-161-muertes-por-sus-farmacos/




Y un video acerca del fraude de la Industria Farmacéutica a través del testimonio de la doctora Gwen Olsen que trabajó en ese sector durante 15 años



martes, 14 de agosto de 2012

En tierra de nadie

Es una sensación rara la que tengo cuando alguien me pregunta si ya me he alemanizado o si sigo españolizada/vasquizada. No sé que responder, yo siempre digo que yo alemanizada no estoy, y los que me conocen se rien. A lo alemanes les digo que españolizada/vasquizada no estoy, y se rien también.

Hay costumbres o maneras que se acaban pegando, hay cosas que no se olvidan y se siguen haciendo. Al final hay una mezcla de cosas de allí y cosas de aquí, que no sé ni cómo explicar.

Yo me siento yo, normal, como soy. Son tres años los que llevo en tierras germanas y he cambiado muchísimo, es más, en muchos aspecto he dado un cambio radical, pero no de manera drástica. Todo ha sido un proceso que se ha tomado su tiempo y su manera de hacer.

Para los de aquí soy muy de allí, y para los de allí, me estoy volviendo muy de aquí. Al final, no soy ni de aquí, ni de allí. Esto no lo veo como un desarraigo, sino como parte de mí, con mis cosas de aquí y mis cosas de allí.

viernes, 3 de agosto de 2012

Llamamiento del doctor Rath

Necesitamos más doctores Rath que llamen a la rebelión ante los cárteles en los que participan tanto políticos concretos como industrias farmacéuticas, poderes financieros, corporaciones trasnacionales y otros grupos de interés (como es el caso de las cúpulas religiosas).

Bajo la acusación reiterada de "conspiranoia" (palabra mágica si las hay y, sobre todo, repetida hasta la saturación ante las críticas severas a una máquina que tritura millones de vidas sin el menor remordimiento) lo que se condena es la osadía intelectual para cuestionar un sistema político, económico y cultural que tapona de forma creciente la posibilidad de una existencia autónoma, digna e igualitaria.


jueves, 2 de agosto de 2012

...jugando al escondite con la luna...


...caia la tarde y la luna, juguetona, decidió jugar al escondite...el viento acariciaba los árboles consiguiendo que éstos bailaran en hipnótico movimiento...las nubes se sonrojaban ante la desnudez seductora de las olas...a la perezosa noche le costaba salir y la luna desafiaba a las estrellas a jugar una vez más...en mi cabeza los truenos persistian recordándome que amenazaba tormenta...y entonces sonó su voz...su canto de sirena penetró en mi interior liberándome de todo mal...me hice ligera...transparente...y fué entonces, sólo entonces, cuando comencé a volar para buscar a la luna que se mantenía escondida tras las nubes...


...infinitos besos de bolsillo...