martes, 10 de diciembre de 2013

Reseña: En Llamas (Los Juegos del Hambre #2) - Suzanne Collins


Título: En Llamas
Autora: Suzanne Collins
Editorial: RBA Libros
Género: Juvenil - Distopía
Fecha de Publicación: Marzo de 2012 (primera edición 2009)
Sinopsis: Contra todo prónostico, Katniss ha ganado Los Juegos del Hambre. Es un milagro que ella y su compañero del Distrito 12, Peeta Mellark, sigan vivos. Katniss debería sentirse aliviada, incluso contenta, ya que, al fin y al cabo, ha regresado con su familia y su amigo de toda la vida, Gale. Sin embargo, nada es como a ella le gustaría. Gale guarda las distancias y Peeta le ha dado la espalda por completo. Además se rumorea que existe una rebelión contra el Capitolio...

Reseña


En Llamas // Lionsgate
Katniss superó los juegos del hambre y desafió al Capitolio. Lo que creía que podría ser visto solo como un acto de "amor" se ha convertido en un acto de valentía y desafío, y ahora el presidente Snow la tiene en la mira. Lo que nadie creyó posible está pasando: los distritos empiezan a defenderse. Y cuando todo parecía ir menos peor, el Vasallaje de los Veinticinco obliga a Katniss y Peeta a volver a la arena. Y esta vez no importa qué, sólo habrá un ganador... Pero las cosas no terminarán como todos lo esperan.

Aunque no reseñé Los Juegos del Hambre en el blog decidí hacerlo con su segunda parte. Admito que me gustó bastante, pero para mí no superó a la primera entrega.

La historia empieza con una Katniss un poco diferente, azotada por las pesadillas y los horrores de los juegos, y con una extraña relación con Peeta, su "gran amor" para todo el país. Sus sentimientos por Gale y Peeta la confunden, y es en esos momentos en los cuales me disgustó más el personaje. Katniss fue un personaje fuerte y aguerrido durante todo el primer libro, así que encontrarme con esta Katniss de los primeros capítulos de En Llamas no es muy agradable. Es una chica un poco tonta, cobarde y bastante egoísta en esa primera parte. Fue un total alivio para mí que Suzanne no decidiera hacer demasiado énfasis en la parte amorosa y en esa Katniss que tiene que decidirse entre dos chicos, porque si hubiese sido así, francamente hubiera detestado este libro.

Cuando Collins deja de lado los desastrosos momentos de amor y desamor de Katniss y se centra completamente en la historia de Panem, en cómo los actos de Katniss durante los juegos pasados ha influenciado el nuevo levantamiento de los distritos... Es ahí cuando el libro se gana completamente mi atención. Y cuando Katniss tiene que regresar a la arena, y regresa la chica fuerte que tanto admiré en el primer libro, y que seguí admirando en éste, fue el mejor movimiento de la autora. Definitivamente me encanta la Katniss que aparece en la arena y no la del distrito.

Los momentos de acción y emoción en este libro no se hacen esperar. Nuevamente se hacen presentes los asesinatos y la lucha por sobrevivir y lees cada página al borde de la silla, esperando lo peor y emocionado por saber qué sucederá. En eso Suzanne no me desilusionó, su forma de escribir sigue siendo adictiva y con cada página que lees, tienes más ansiedad por los horrores las cosas que le pueden suceder a Katniss.

Me  gustó mucho conocer un poco más de Gale en este libro. En Los Juegos del Hambre apenas tenemos una imagen de un chico comprometido con su familia y luchador; y en En Llamas podemos ver un poco más del personaje, del chico que también es un rebelde y quiere un cambio, del chico que ama a Katniss y sufrió con todo el acto de amor entre ella y Peeta.

Y para completar el triángulo tenemos a Peeta. Un chico que sigue demostrando lo bueno que es. Su bondad es infinita y aunque no es un personaje fuerte, a mí me enamora su sencillez y su personalidad encantadora. Creo que Collins creó un triángulo amoroso completamente odioso, porque es imposible encontrar algo malo a alguno de los dos chicos y sí encontrar cosas malas en Katniss. Aunque yo sigo prefiriendo a Peeta.

En Llamas // Lionsgate
Los personajes secundarios siguen siendo, para mí, uno de los puntos más fuertes de esta saga. Desde conocidos como Haymitch, Effie, Cinna, que consiguen robarse un poco de protagonismo y logran que la agilidad de la historia no decaiga, hasta los nuevos como Finnick, Plutarch y Johanna, personajes fascinantes que terminan siendo claves para el desarrollo de la historia.

¿El final? Ya me esperaba algo así, así que no me sorprendió mucho, pero sí me dejó ansiosa por saber qué pasará en Sinsajo.

En general, es una historia llena de acción y emoción, que a pesar de tener un inicio un poco lento, poco a poco logra cautivar con la fuerza de sus personales y la agilidad de la historia.

Puntuación:


Sobre la Película


Aunque la primera película no fue de mi agrado, disfruté completamente En Llamas. Me gustó su fidelidad al libro y cómo las pocas cosas que agregaron ayudaron completamente al desarrollo de la historia. Y las actuaciones también mejoraron muchísimo (en especial la de Josh como Peeta, que no me convenció durante la primera película); Jennifer como en la película anterior, fue una Katniss perfecta, y Jenna Malone como Johanna se robó completamente mi admiración. En general, me gustó la película y espero con ansias las siguientes.



¿Qué te pareció el libro? ¿Viste la película?

Nos leemos ;)

lunes, 9 de diciembre de 2013

Complejo de españolito

Para que conste en acta, lo primero decir que el término empleado en el título y el cual da para muchos comentarios, no ha sido acuñado por mi persona. Hago un breve referencia a la persona de quien lo leí y cuyo blog no puedo másque recomendar. Sus dotes de escritura y aventuras varias explicadas con gracia, agilidad y frescura literaria, nos harán pasar muy buenos ratos.

El otro día navegando por la web del foro leí algo, como muchas veces suele suceder, que me hizo chirriar. Inmediatamente me vino a la mente, que esa persona, posiblemente tuviera complejo de españolito. Dicen, que con los años se pasa. Mi humilde opinión es un tanto distinta. Habrá gente a la que con el tiempo se le pase, y habrá gente que siga con el complejo pegado a su inutilidad mental toda la vida.

Si tuviera que definir, y señores lo hago generalizando, diría que grosso modo hay dos grupos de españolitos en el extranjero. Siendo los pertenecientes al primer grupo, aquellos que después de darse la gran hostia en el nuevo país de residencia, aprenden, se adaptan. Se vuelven, digamos, flexibles. Los especímenes del segundo grupo, son aquellos, que a mí humilde persona le suelen provocar desencajamiento de mándibula y chirrios mentales varios.

Denunciar injusticias o trato discriminatorio es algo que todos deberíamos hacer. Sin embargo las personas con complejo de españolito claman al cielo contra injusticias inexistentes. Y es que señores, a nadie le ponen una multa en ningún transporte público en Alemania por ser español, suele ser más bien la falta del billete requerido por el controlador, la causante de la multa. Normalmente a nadie le cuelgan el teléfono por ser español, suele ser más bien la pésima capacidad de expresión oral de algunas personas, la que causa exasperación en el otro interlocutor.

Desgraciadamente hay claros casos de discriminación, y por suerte o por desgracia me ha tocado vivirlor en mis propias carnes. Si bien es verdad que yo nunca he sostenido que me discriminaran por ser española hasta que la persona contaria así me lo hacia constar.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Weihnachtsmarkt

Hay gente que dice que visto uno, vistos todos. Hay gente a la que no le gustan nada. Hay gente a la que le apasionan. En esto de los mercados navideños (Weihnachtsmärkte), es como con casi todo en esta vida, para gustos los colores...

A mí me gustan los mercados navideños, porque el ambiente es distinto, una parte de la ciudad cambia, se transforma, y parece irreconocible. Hay infinidades de cosas para ver, algunas bonitas y otras espantosas. Desgraciadamente suele ser bastante caro, aunque quien busque bien, puede encontrar siempre algunas cosa bonita y asequible para regalar.
A quien no le guste el Glühwein, puede escoger entre infinidad de bebidas, tanto alcohólicas como sin alcohol y picotear alguna de las muchas opciones que ofrecen los distintos puestos o carpas. Hay para (casi) todos los bolsillos, desde una salchicha, hasta un plato de carne con guarnición.

Y si no nos gusta ir al mercado navideño, siempre podemos ir a tomar un café a otro lugar o bien quedarnos en nuestra casa*.

*Por cierto, lo de quedarse en su casa es una opción que muchos amargados deberían contemplar, y dejar así de protestar, quejarse y criticar todo todito todo...

miércoles, 4 de diciembre de 2013

...beber té no es lo mismo que beberte...


...beber té no es lo mismo que beberte...y no es que sean dos acciones incompatibles es que, simplemente, no es lo mismo...puede que cualquiera de las dos fuera capaz de remediar esta sequedad que invade mi boca...mi boca solía estar inundada de palabras y, ahora, está seca...quizá el silencio sea la causa de que permanezcan secas mis paredes bucales...y, a riesgo de divagar:
 
¿Cómo podría saciar esta sed de ti?

...infinitos besos para tus bolsillos...

Ada Colau, presentación en Jornadas "Subjetividad y lógicas colectivas: trazando el cambio social"

 
 

 
 
 
 
 
 

martes, 3 de diciembre de 2013

Doctrina Parot



Toda persona que comete un delito debe pagar por ello una pena adecuada al delito cometido. Yo reconozco ser bastante dura en lo que a las penas a cumplir se refiere, ya que pienso que siendo adultos debemos de meditar y sopesar nuestras acciones y sus consecuencias. Todo eso antes de si quiera mover un dedo. No me agrada ni suelo ser comprensiva ante la explicación de „yo eso no lo sabía“, „ no me lo esperaba“, „pensé sin actuar en las consecuencias“ etc. No me vale señores, todos tenemos un cerebro para utilizarlo y cuestionarnos cómo no sentiríamos nosotros, si fuéramos las víctimas.

No me parece un desacierto que el objetivo de las penas de prisión en España sea reinsertar a la persona. Es más, me parece la opción más humana; eso sí, cuando la persona haya cumplido su pena y haya pagado por los errores cometidos. Y no, una pena de cumplimiento máxima de 20 años me parece irrisorio y una ofensa para la sociedad española. El que la hace que la pague, y que acarree con las consecuencias de sus actos.

Con la derogación de la Doctrina Parot están saliendo a la calle personas que, a pesar de haber cometido crímenes horribles, y de no estar reinsertadas ni ser capaces de poder ser reinsertadas, pueden campar a sus anchas y con total libertad. Y es precisamente esa libertad que tienen esas personas potencialmente peligrosas, la que está siendo negada al resto de la sociedad. Si una persona potencialmente peligrosa y con altas probabilidades de reincidir está libré y casualmente en mi zona, yo no me siento libre de poder moverme tranquilamente.

Estoy a favor de la reinserción, pero de la de verdad, no de la de boquilla, siempre que las personas estén en la situación de poder formar parte activa y productiva dentro de la sociedad. Si estas personas son un peligro y una amenaza, no creo que deban formar parte activa de la sociedad. Es más, creo que deberías estar alejadas del resto de la gente, para así no poder causar más daño.

Top Ten Tuesday (17): Novedades del 2014 que quiero leer

               
Top Ten Tuesday es una sección hecho por el Blog The Broke and the BookishSe trata de una sección donde dicho blog propone un tema todos los martes y se realiza un conteo de diez libros, autores o cosas que se relacionen con el tema. 

Hola!

Después de un mes en el que he estado muy perdida y he tenido unas vacaciones lectoras "forzosas", pues al fin estoy de vuelta actualizando el blog! Así que aquí les dejo el tema de la semana ;)

Novedades del 2014 que quiero leer



1. Isla and the Happily Ever After - Stephanie Perkins. Este libro lo he estado esperando desde hace muuucho. Espero que el 2014 sí sea el año de publicación.

2. Oblivion - Kelly Creagh.  No he leído el segundo de esta saga y aún así espero este con muuuchas ganas.

3. The Glass Casket - McCormick Templeman. Me encanta la portada y la historia suena muy interesante.

4. The Murdex Complex - Lindsay Cummings. Creo que es el título lo que me tiene muy curiosa y esperando por leerlo.

5. Cruel Beauty - Rosamund Hodge. La portada es preciosa y la historia suena interesante.



6. The Winner's Curse - Marie Rutkoski. La portada es una preciosidad *-*  *-*... Y he leído unos comentarios maravillosos de varias blogueras estadounidenses que ya tuvieron la oportunidad de leerlo, así que mis expectativas con este libro son muy altas y en cuanto salga espero tenerlo en mis manos.

7. Dream of Gods & Monsters - Laini Taylor. Yo aún no leo el segundo porque espero por este para no quedar en ascuas!

8. Half Bad - Sally Green. Es de brujas... me gustan las brujas y este tiene una sinopsis interesante.

9. Burning Dawn - Gena Showalter. Amo a ese hermosos rubio de la portada Me gusta la portada y sigo la serie, así que espero este libro con ansias.

10. #scandal - Sarah Ockler. Otro libro juvenil contemporáneo para cerrar. Me llama la atención y definitivamente lo leeré en cuanto salga. 


Y ese fue el TTT de esta semana. ¿Cuáles son los libros que esperas con ansias en el 2014?

Nos leemos ;)

jueves, 28 de noviembre de 2013

Esas cosas llamadas becas



Una beca es una subvención. Una subvención es la acción de subvenir a alguien. Subvenir significa venir en auxilio de alguien o acudir a las necesidades de algo.

Estudiar en una universidad, está, en teoría al alcance todos. La universidad es, teóricamente para facilitar una enseñanza superior. Hoy en día, queremos creer que esa enseñanza superior está al alcance de todos, ya que hay becas para los estudiantes con dificultades económicas.

Señores, esto no son más que burdas falacias. Engaños traicioneros y de la más baja calaña.
Señores, a quien de verdad sus padres no pueden ayudarle y encima, con la justificación más absurda, no le dan una beca esta muy jodido va a pasar las de Caín.

Estudiar y trabajar 20 horas a la semana, que es lo mínimo necesario para poder vivir con una mínima dignidad y sin tener que morir de hambre, es un desafío logístico, físico y emocional diario.

No quiero tener que escuchar más veces un „vuelva a intentarlo el año próximo“, „tenga usted en cuenta que hay gente que está ya en el último semestre, y esta es su última oportunidad“. Y yo qué? Que sí, que este final de post está escrito con rabia, pero cansa ver que a uno más que facilitarle las cosas se las ponen difícil. Muchas veces por no tener la nacionalidad adecuada....

miércoles, 27 de noviembre de 2013

...caos a granel...






...llevo meses en la luna...contemplando mi vida en super ocho...sentada en esa dura roca con agujeros donde guardo mis secretos...las gafas de sol me dejan mirar al sol a la cara sin que me dañe...su calidez intenta penetrar en este cuerpo helado...el viento de levante sopla jugando a despeinarme...consiguiendo ocultarme más y más...el mar...oleaje susurrante que me invita a sumergirme...quizá sean las sirenas que me canturrean...me gusta pensar que me camuflo en este paisaje lunar...puede incluso que parezca invisible...no se si perdí mis superpoderes por el camino...la verdad es que estoy y soy más arcademonio que nunca...ya no se si vuela mi imaginación o yo...quizá haya desplegado mis alas y me esté dejando llevar por este viento...el caos se apodera de mi...o quizá sea yo quien haya comprado el caos a granel...cada vez más nocturna...hasta la brújula se niega a indicarme el camino de vuelta...sin rumbo...prefiero contemplarte en silencio...e ir dejando a hurtadillas besos en tus bolsillos...

martes, 26 de noviembre de 2013

Carácter



Soy una mujer con carácter. Toda persona que se haya topado conmigo en su camino lo sabe.
Hago lo que creo conveniente de la manera que estimo oportuna, sin que esto quiera decir ni mucho menos, que hago lo que me viene bien.

Si quiero ir a leer al canal lo hago.
Si quiero irme de fiesta, miro cuando es posible, y lo hago.
Si quiero tomarme un café aunque todos lo de la mesa se estén tomando una cerveza, lo hago.
Si quiero tomarme una copa de vino aunque todos en la mesa se estén tomando una tila, me tomo la copita de vino.

Si estoy en contra de hacer algo concreto, no lo hago, aunque la presión social sea mucha.
En cambio, so creo que debo hacer algo, lo hago. Sin paños calientes.

No me gustan las personas que hacen lo que el grupo haga.
No me gustan las personas que no hacen lo que quieren, porque el resto no lo hace.
No me gustan las personas que se quedan a medias.

Creo que cada uno debemos de ser como somos, y sí, por supuesto tratar de mejorar los desfecto que tengamos y aprender cada día de nuestra vida. Pero para ésto, no es necesario perder nuestra esencia.

sábado, 23 de noviembre de 2013

La institucionalización del estado policial: «ley de seguridad ciudadana» y represión social

 
 


 
Al gobierno español no le bastaron las medidas jurídicas y policiales que ya a principios de 2012 barajaba para contener la movilización popular que, previsiblemente, sus políticas de ajuste perpetuo vienen generando desde entonces. Todo indica que en los próximos años no habrá cambio de dirección: la oligarquía gobernante continuará con sus prácticas de saqueo privado y estrangulamiento público, apadrinando el enriquecimiento ilícito de las clases dominantes y el empobrecimiento generalizado de las clases subalternas. En ese contexto, no es difícil anticipar que el arco de la conflictividad social se tensará más todavía. De ahí el nuevo movimiento anticipado del gobierno, preocupado por regular los movimientos sociales contestatarios y ocupado en el oneroso trabajo de destrucción de los restos del estado de bienestar, la reestructuración oligopólica del mercado capitalista y la restauración de una cultura tradicionalista y jerárquica.
 
La escalada autoritaria que se sucede desde hace varios años reafirma que la política represiva es la contraparte necesaria del neoconservadurismo. La inminente aprobación de la nueva “Ley de Seguridad Ciudadana”, en este sentido, debe interpretarse como un capítulo más de esa política. El planteamiento de ese proyecto de ley es claro: proscribir aquellos instrumentos de lucha popular que, virtualmente, se muestran más eficaces. Realizar convocatorias por medios digitales, participar en escarches, insultar a la policía, manifestarse frente a instituciones del estado o filmar las actuaciones policiales, entre otros actos, podrían ser considerados faltas graves o muy graves penalizadas con multas siderales. A partir de ese momento, la discrecionalidad de los poderes estatales quedará reasegurada por ley: una suerte de mordaza ciudadana que amplía la impunidad policial, blinda a las autoridades políticas ante las protestas, abre la puerta a la generalización de detenciones arbitrarias y a las identificaciones masivas y, en definitiva, penaliza a aquellos que manifiestan su disconformidad con respecto a las políticas oficiales.
 
No se trata de ninguna exageración. La gravedad institucional de esta iniciativa legislativa está fuera de duda. Y -lo que no es menos grave- es de temer que los posibles conatos de protesta ciudadana no sean suficientes para detener la deriva antidemocrática que implica. El respaldo inconmovible de una parte del electorado que permitió a la derecha neoconservadora el acceso al gobierno constituye un contrapeso retórico frente a los movimientos disidentes, sumidos en una fragmentación alarmante que es preciso revertir. La política de la fuerza se ampara en la tautología de invocar la fuerza (electoral) para hacer política (reaccionaria). Da lugar a la institucionalización del «estado policial»  (instaurando la excepcionalidad como norma de actuación). Con ello, cortocircuita el discurso dominante que presupone la condición democrática de nuestras sociedades. Ante semejante regresión histórica, los llamados a la conciliación son tan vacíos como indeseables.
 
Si la derecha mediática presenta esta iniciativa legal como una suma de rectificaciones y actualizaciones de una regulación “deficitaria” del derecho de manifestación (que favorecería el “vandalismo” o el “incivismo”), es tarea de la izquierda mostrar cómo detrás de esta intervención lo que se pone en jaque es la libertad de organizar y participar en acciones de protesta sin convertirse en objeto de una vigilancia permanente y un castigo siempre latente, sustraídos ellos mismos de cualquier control público.
 
Lejos de tratarse de una “sana tarea de administración de los límites” para garantizar la “normalidad democrática”, esta nueva regulación autoriza el uso discrecional de las fuerzas policiales y la limitación autoritaria del derecho de reunión y manifestación. No sólo cabe sospechar esa presunta “normalidad”, demasiado próxima a la regularidad del abuso. Lo relevante en ese contexto es la representación de la protesta como una “amenaza a la paz social”. El correlato de esa representación es concebir el «orden público» como un cementerio en el que no hay posibilidad de discrepancia. Construir esa discrepancia como “atentado” es la violencia misma de un sistema político que rebasa las fronteras nacionales: sanciona la censura ideológica como procedimiento de una (pseudo)democracia tutelada por los poderes económico-financieros trasnacionales más concentrados.
 
Por eso sería un error, desde este ángulo, leer la política de criminalización en clave exclusivamente local. Más bien, constituye una respuesta glocala una previsión técnica de los expertos del ajuste: es seguro que ciertos grupos no se limitarán a consentir sin más la nueva contracción de oportunidades sociales que afecta al capitalismo en su fase actual. La intensificación de la represión, por tanto, no es en absoluto un fenómeno territorialmente circunscripto. Los proyectos de control -dignos de ciencia ficción- no cesan de multiplicarse, incluyendo desde luego el espionaje masivo, la persecución de activistas o el asedio a los que conciben el periodismo como una actividad informativa esencialmente crítica con respecto a los poderes establecidos. Ante la mirada incrédula de quienes reducen estas prácticas para-legales a cuestiones de seguridad, la globalización del estado policial es cada vez más real. Augura una nueva era de control: una suerte de ciudad gótica que, para prevenirse de la “turba revolucionaria”, es gobernada por mafias organizadas que han instalado el crimen y la corrupción como parte normal de su funcionamiento.
 
En suma, el endurecimiento de las leyes jurídicas en España es síntoma de una transformación política mucho más vasta. La restricción globalizada de las libertades ciudadanas, sea bajo el pretexto de la lucha contra el Terror o de la defensa del Orden, continúa su curso totalitario. El umbral que estamos atravesando no parece uno más entre tantos. La pesadilla de una sociedad administrada -proyectada en una pantalla de plasma en la que hablan personajes inapelables-, tanto más consistencia adquiere cuanto más teme el espectro de una revuelta. En particular, esa pesadilla se hace más vívida cuando lo fáctico se convierte en ley. Armar la fuerza de derecho es la estrategia al uso. Doble constatación: el abuso de autoridad como práctica normalizada y la conversión del abuso en norma legalmente sancionada.
 
Esgrimiendo amenazas venideras, el capitalismo no cesa de expandir el campo de lo siniestro, incluyendo el abandono del que son víctimas millones de seres humanos. Es cierto que no basta la imposición del miedo a los cuerpos o la penalización de las conciencias disidentes para desmontar resistencias sociales más o menos estructuradas. Pero la ofensiva ideológica es nítida. Por otra parte, no cabe subestimar el poder de las clases dominantes para producir adhesiones colectivas, bajo la expansión de una cultura masiva que a la vez que pone el éxito económico en la cúspide, naturaliza la exclusión como parte del juego. La “democracia” reducida a un procedimiento de alternancia entre oligarquías parlamentarias convierte la participación en delito. Aunque entre ese sistema formal de representación y el totalitarismo pueden plantearse algunas diferencias relevantes, las fronteras entre uno y otro se hacen cada vez más confusas. Es claro que el objetivo de esas oligarquías no es salvaguardar la convivencia humana, sino restablecer el mandato de la obediencia: la no aceptación de la desigualdad normativizada se construye como reprobable. Y si las falsas promesas de la pertenencia auguran la posibilidad (siempre postergada) de participar en los restos de un festín obsceno, la maldición de la exclusión social también compromete, de antemano, una impugnación jurídico-policial. Por definición, los restos del sistema son sospechosos y objeto permanente de penalización: culpables metafísicos de su “fracaso” existencial.
 
Es en ese campo en el que se hace inteligible el proyecto neoconservador hegemónico. Lejos de agotarse en la disputa por el sentido de lo público o el reparto de la riqueza, ese proyecto apuesta a consagrar con fuerza de ley la cadena jerárquica de autoridad. De ahí la transformación cultural profunda que implica, en particular, el abandono del ideal mismo de la «sociedad» como «comunidad de semejantes» y de los valores y prácticas que lo sostienen. La restauración de las jerarquías y la proliferación de desigualdades son planteadas no ya como déficits a corregir, sino como normas que suplementan aquel ideal malogrado en diversas experiencias históricas. Lo que antaño se juzgaba como injusticia es formulado desde esta perspectiva como parte inevitable de la competencia ilimitada en que quieren convertir la existencia. Laconcentración de poder económico, en vez de ser condenada como un desequilibrio a corregir mediante la intervención estatal, es legitimada como parte del juego de la “libre iniciativa privada”. La impunidad de los poderosos no es sino la consagración de este enlace espurio entre riqueza y legitimidad: la burguesía es declarada a priori inocente; puesto que es exitosa no puede ser culpable. La falacia se institucionaliza como sistema judicial radicalmente clasista: los damnificados son inculpados por los delitos que otros cometieron. No les basta borrar las huellas del crimen perpetrado; también se proponen invertirlo, imputando a las víctimas y desplegando un aparato de control que incumple las normas jurídicas que aplica a los otros.
 
 


 
La movilización total del bloque hegemónico significa, ante todo, una declaración de guerra a las clases populares y medias, aunque esa guerra no suponga de forma invariante la eliminación directa del otro. Habitualmente, alcanza con derrotarlo en una dimensión moral e intelectual: que acepte lo existente como el mejor de los mundos posibles o, al menos, que se resigne ante su supuesta inevitabilidad. Sorprenderse del impudor cínico de sus portavoces es vano. Seguirán dando por sentado, a pesar de la evidente contradicción de los términos, que la “naturaleza” de la sociedad es la desigualdad. Dentrode esta lógica, lo que no se acepta voluntariamente ha de ser aceptado de manera forzosa mediante la coacción policial y judicial.
 
La democracia devaluada se hace manifiesta como inversión suprema: la violencia es proclamada como derecho. Invocando la razón de estado (cada vez más, la razón de mercado) la irracionalidad de la injusticia no hace sino expandirse. Seguirán experimentando con los límites de la “sociedad” convertida en laboratorio: no es dado conocer su grado de resistencia hasta que no se pone a prueba su “umbral de tolerancia”. Dicho en otros términos: hasta que no se indaga en su capacidad para soportar lo insoportable. Claro que en esa “sociedad” no se distribuyen de forma aleatoria las carencias y privilegios: la economía política del sacrificio, a la vez que amplía de forma permanente el círculo de seres humanos potencialmente sacrificables, exime a sus principales mentores.
 
A nivel nacional, las condiciones en que se despliegan las actuales luchas distan de ser favorables, en tanto las asimetrías de poder no cesan de agravarse. Que el gobierno logre amordazar a aquellos grupos políticamente más activos no es una fatalidad, sino producto (relativamente incierto) de una pugna. La situación de partida es inequívoca: el partido gobernante cuenta no sólo con el apoyo de un sistema judicial dominado por una mayoría conservadora o una fuerza policial obediente sino también con el respaldo de las oligarquías económico-financieras, el beneplácito de la troika europea y la connivencia vergonzante de una parte nada menor de la ciudadanía.
 
Seguir denunciando la criminalización de la protesta social no alcanza si no es complementada con fuertes réplicas colectivas, desplegadas de forma simultánea en diversos frentes, desde la interposición de recursos jurídicos hasta la participación crítica en los medios masivos de comunicación, sin olvidar instrumentos como la movilización social permanente, la generalización de la desobediencia civil, las huelgas generales o las huelgas de consumo, entre otros. Aunque las resistencias locales a ofensivas globales resulten insuficientes, constituyen un momento insoslayable.
 
El objetivo de domesticar la protesta social sólo puede ser revertido mediante la articulación de diferentes luchas sociales. Que algo similar pudiera producirse no depende de la espontaneidad de los movimientos sino de la construcción de un proyecto colectivo de otro signo político. Que semejante proyecto se insinúe en el horizonte actual dista de ser algo evidente: forma parte de nuestras irresoluciones más apremiantes.
 
 
Arturo Borra