jueves, 7 de agosto de 2014

...las palabras se las lleva el viento...


…allí estaba…diluyéndose en el asfalto mientras esperaba una ráfaga de viento…el ser de palabras se había enamorado del silencio en un intento, frustrado, de hallar el equilibrio…pero hacía días que el silencio se había fugado con aquella alegre partitura…y el ser de palabras, sumido en una eterna tristeza, decidió incrustarse en el suelo…ser pisoteado…aquel ser había sido cincelado por bocas ajenas…una mera descripción de seres desconocidos…sus palabras iniciales habían surgido de la tinta de una pluma ingeniosa…pero se fue trasformando en una composición de duras palabras…letras inconexas de acero…ser sin rostro y, por consiguiente, sin alma…palabras vacías moldeaban su figura…intentó ser el contenido de infinitas páginas en blanco pero sus letras no eran la expresión deseada…¿dónde estaba su lugar?...hubiera deseado ser poema…un haiku leve e intenso…estaba lleno de palabras, vacío de hechos…palabras impronunciadas que le restaban vida…laberinto de letras incoherentes…dicen que: “las palabras se las lleva el viento” así que decidió esperar quieto a que se lo llevara…y así fue…un viento huracanado surgido de la nada arrasó con él…infinitas partículas de aquel peculiar ser fueron repartidas al azar…puede que contengas algo de ese ser…puede que, incluso yo, le contenga…

...infinitos besos de bolsillo...

miércoles, 6 de agosto de 2014

Reseña: Ugly Love - Colleen Hoover

Título: Ugly Love
Autora: Colleen Hoover 
Editorial: Atria Books
Género: New Adult - Contemporáneo.
Fecha de Publicación: 5 de agosto de 2014
Sinopsis: Cuando Tate Collins se encuentra con el piloto de línea aérea Miles Archer, ella sabe que no es amor a primera vista. Ni siquiera iría tan lejos como para considerar que tienen los mismos amigos. Lo único que Tate y Miles tienen en común es una innegable atracción. Una vez que sus deseos se hacen públicos, se dan cuenta de que tienen la atracción perfecta. Él no quiere amor, ella no tiene tiempo para el amor, de modo que sólo los deja con el sexo. Su arreglo parece ir sin problemas, siempre y cuando Tate pueda apegarse a los dos únicas dos reglas que Miles ha puesto para ella.
Nunca preguntar sobre el pasado.
No esperes un futuro.
Ellos creen que pueden manejar la situación, pero se dan cuenta casi de inmediato que no pueden manejarla en absoluto.
Corazones se infiltran.
Las promesas se rompen.
Reglas se destrozan.
El amor se pone feo.
Sinopsis tomada de aquí


Reseña


Tate, de veintitrés años, va a vivir con su hermano en la ciudad de San Francisco. Cuando llega al apartamento encuentra a un hombre bloqueando la puerta, completamente borracho. Es Miles, el amigo y vecino de su hermano, un piloto atractivo, callado y bastante estoico. Tate se siente atraída al instante, y conforme va pasando el tiempo descubre que él se siente igual. Así que cuando él le propone que tengan sexo sin compromiso, ella acepta sin dudarlo. Aun cuando sabe que no está hecha para esa clase de relaciones. Los sentimientos no se hacen esperar y pronto Tate se ve envuelta en una relación en donde parece ser la única que tiene su corazón y sus esperanzas en juego.


Ya había leído un libro de esta autora y no me había gustado, así que empecé este sin muchas expectativas. Y aunque sí esperaba una historia más fresca y relajada, volví a encontrarme con un libro lleno de clichés y frases que intentaban sonar profundas pero que fallaron estrepitosamente, con un argumento poco desarrollado y unos protagonistas que no lograron conquistarme.

Empecé esta historia con el pie derecho. En el primer capítulo Tate, me pareció divertida y simpática, no parecía la típica chica de un libro New Adult. Pero página tras página la chica divertida se fue perdiendo y empezó a aparecer esta Tate desagradable que detesté. Una Tate sin personalidad, que pasaba sus días suspirando por el protagonista, añorando cada una de las migajas de afecto que Miles le lanzaba; una chica que perdió su orgullo a favor del amor. Fue verdaderamente decepcionante. Tate se convirtió en la clase de protagonista que detesto: débil y estúpida.


Lastimosamente lo mismo sucedió con el protagonista. La autora cuenta la historia desde dos puntos de vista, el de Tate en el presente, y el de Miles en el pasado, donde poco a poco nos relata cuál es su gran secreto. Cuando empecé a leer los capítulos de Miles sentí que era demasiado inmaduro pero un poco tierno. El problema fue que el Miles del presente es la clase de chico del que debes huir: emocionalmente inaccesible. Está roto. Así que, básicamente, es un imbécil que espera ser rehabilitado. La autora creó un personaje que es un completo idiota, pero al que debes perdonarle todo por el hecho de haber vivido un pasado trágico. Y sé que para muchas personas esto es genial y perfecto, pero conmigo no funcionan esta clase de personajes, así que detesté a Miles y no pude conectar con él ni con su trágico pasado, que es el punto central de toda esta historia.


El amor entre los protagonistas se desarrolla de una manera muy poco creíble. Sencillamente es insta-lust y poco después insta-love. Tate no sabe absolutamente nada de Miles pero aún así se enamora perdidamente al punto de dejarse pisotear cada vez que él quiere hacerlo. Jamás hay un momento de profundidad entre los protagonistas, un momento de conocimiento mutuo donde puedas decir que nació y se desarrolló el amor. Sólo hay varias escenas de sexo y varias más donde Miles se encarga de aplastar las ilusiones de Tate. Hasta este punto sigo preguntándome en qué momento se enamoraron.

Sobre la carga emocional de Miles… Simplemente no logró salvar esta historia. Sí, Miles tiene un pasado duro y triste, pero eso no le daba licencia para actuar como un imbécil y para no madurar ni buscar ayuda para su problema emocional. Además la autora se centra durante todo el libro en los sentimientos de Tate y destina apenas unos pocos capítulos a explicar todo el problema de Miles, lo que verdaderamente me pareció absurdo porque le restó mucha profundidad al personaje (profundidad que era muy necesaria si quería contrarrestar toda la mala actitud durante la historia).

En cuanto a los personajes secundarios, en realidad no son de mucha importancia para la historia. Los únicos que podría resaltar son Cap, un anciano de ochenta años que a pesar de ser el típico personaje sabio-porque-es-anciano, me pareció encantador y divertido; y también Rachel, la chica del pasado de Miles, una chica que aunque no aparece más que en los recuerdos de Miles, logró gustarme mucho más que la protagonista.



En general, es un libro que empieza bastante bien pero que poco a poco cae en todos los clichés del género y termina siendo una típica historia más sobre un amor difícil y turbulento, sólo que sin la profundidad necesaria (y no por falta de intentos) para hacerte conectar con los personajes principales.

Puntuación:





¿Les llama la atención?

Nos leemos :)

martes, 5 de agosto de 2014

...Gaza...


...y por más que mire el mapa sigo sin entender como es posible derramar tanta sangre por un pedazo de tierra...y me hago sombra entre tanta incoherencia...lineas divisorias que delimitan una tierra que no pertenece a nadie y pertenece a todos...meto mi mano en los bolsillos de mi pantalón...en el izquierdo un puñado de besos...en el derecho mi goma de borrar...

jueves, 31 de julio de 2014

De visita



Tener a la familia lejos, como casi todo en la vida, tiene sus ventajas y sus desventajas. Yo valoro mucho más esos días que paso en el norte desde que vivo todo el año fuera. Me alegro mucho más de volver a ver esas caras familiares, esos gestos conocidos, y no nos engañemos, llevo mucho mejor las cosas que me enervan de los demás. Es mucho más fácil no discutir si sólo nos vemos dos veces al año.

Cierto es que es muy bonito el reencuentro, pero el ir dos veces al año, supone que me quedo sin más vacaciones. No sólo no hay posibilidad económica, si no que nos hay días. El primer año no es molesto. El segundo tampoco me cuestionaba nada distintos. El quinto año es distinto. Yo quiero mucho a todo el mundo, pero este año ya digo “Santo Tomás, una y no más”. El año próximo iremos una vez. Ya veremos si en invierno o en verano, pero yo no sacrifico más todas mis vacaciones para visitar a nadie. Si alguien quiere verme, que venga, que cuesta lo mismo en ambas direcciones.

Me parece increíble que haya gente que espere y exija que sea yo la que va y viene, la que de vueltas como una noria. Porque claro, es que yo tengo que cumplir….

miércoles, 30 de julio de 2014

...adicción...


...sí, lo confieso, soy adicta...adicta al mar...esa mujer de azul mirada...esa que se desliza entre mis dedos evitando ser atrapada...la misma que rodea mi cuerpo desnudo en suave caricia...la que deja su sabor a sal en mis labios...la que me trae cantos de sirena al anochecer...su inmensidad me atrapó desde el primer instante que la contemple, que me sumergí en ella...desde entonces no puedo vivir sin ella...necesito mi dosis...voy en busca de mis camellos: Poseidón, Neptuno, Váruna, Njörd, Nanuet, Ma-tso-po, Yemayá, Acuecucyoticihuati...

...puesta a confesar, confieso que soy poliadicta...la segunda adicción, y no por ello menos importante, es la lectura...me permite viajar...deslizarme entre las palabras...disponer de múltiples personalidades, no hay ningún deseo que ella no pueda hacer realidad...cuando acaba siento como la ansiedad llama a mi puerta...y he de buscar otra seductora lectura que me tranquilice...el olor del papel...el color de la tinta...las ilustraciones...cada vez consumo más...no tengo remedio...mis últimos administradores; Paula Bonet, Paul Auster, Ben Brooks, Lyona y Rosa Delor i Muns...

...mmmmmmm el vino...con sus notas de color y aroma...su cuerpo en mi paladar...el sonido del corcho al deslizarse por su cuello...no importa la denominación de origen...tan solo la satisfacción que me produce...disfrutarlo al anochecer en la soledad de mi terraza a la luz del candil...no me importa ser descubierta por mis vecinos...culpo a Dionisio, Baco, Gestín, Osiris...entre otros...

...de María me cautivó su verde mirar...su aroma penetrante...su capacidad de hacerte volar...la serenidad que transmite...me libera de la opresión y me elevo...ay Shivá, Selassie...
...sí, lo confieso, soy adicta...

...infinitos besos de bolsillo...

lunes, 28 de julio de 2014

«La poesía y la guerra (de nuevo)»




Escribir un poema contra la guerra no va evitar que los seres humanos sigan matándose entre sí. No persuadirá a quienes ejecutan prolijamente las órdenes genocidas ni, mucho menos, a quienes las imparten sin conmiseración. No alterará las decisiones estratégicas que las promueven ni permitirá cerrar una sola fábrica de misiles; no modificará los hilos de esa farsa que llaman “opinión pública” ni favorecerá el boicot a los que lucran con los muertos; no erosionará los silencios que se ciernen sobre los que sufren ni consolará a los que sobreviven. Un poema contra la guerra ni siquiera puede justificarse como catarsis. Horada, quizás, el curso sereno de la escritura, pero no subvierte las estructuras que sostienen la regularidad de ese crimen institucionalizado que es la guerra.

Escribir poemas contra la guerra no otorga a nadie un título de nobleza y hasta puede convertirse en una manera oportunista de procurar notoriedad (más fantaseada y efímera que otra cosa). La polémica es parte del espectáculo y escribir un poema sobre las penosas circunstancias de una guerra siempre corre el riesgo de convertirse en una de sus formas.

Todos saben de la soberana inutilidad de escribir un poema contra la guerra. No supone mérito estético alguno y su calidad es tan variable como quien lo escribe. Un poema semejante es como un poema sobre el hambre o el sufrimiento humano, el amor o la soledad, la dicha o la muerte. Siempre corre el riesgo de recaer en tópicos tan obvios como falaces, de repetir motivos que se apagan en su grandilocuencia, de insistir en el mismo gesto simplista o ingenuo. Quien sabe que un poema contra la guerra es inútil, tampoco puede confortarse con escribirlo. Quien se conforma con escribir esa clase de poemas no vive el desconsuelo: se limita a atenuar la estocada, toda esa vergüenza anónima que nos cae encima por permitir que una guerra siga siendo posible.

Sin embargo, quien carga contra un poema semejante, ¿no debería cargar también contra cualquier género de escritura que cuestione la guerra (comenzando por los ensayos y las novelas)? ¿Y por qué limitarse a estos escritos? ¿No tendría que arremeter, asimismo, contra la pintura, el cine, el teatro, la música o cualquier otra producción artística que se manifieste contra la guerra? ¿Y por qué habría de detenerse ahí? Roto ya el dique del arte o la escritura, ¿no estaría obligado a disparar contra los tratados filosóficos o las ciencias sociales, en suma, contra cualquier discurso que no se conforme con aceptar la guerra como hecho inexorable? ¿Cuándo esos discursos han detenido alguna vez un disparo (en el caso de que ese hubiera sido su objetivo)?

Tampoco hay razones para limitarse a los discursos artísticos, científicos o filosóficos. Al fin de cuentas, ¿cuántas muertes han evitado los movimientos pacifistas? Y para apurar el razonamiento: ¿por qué no cuestionar a los gobiernos nacionales que cuando no entran directamente en guerra la permiten, a los gremios que organizan sus cuerpos militares, a las iglesias que enfervorizan a sus feligreses con llamados santos, a los medios que no median para evitar la masacre, a los periodistas convertidos en profesionales de la desinformación, a la educación escolar que prepara la barbarie en nombre de la civilización, a las ONG que humanitariamente ayudan a enterrar a los muertos, a los ciudadanos y ciudadanas que se pronuncian inútilmente contra tanto estrago? ¿Qué decir de esos órganos gangrenados que organizan la desunión y hacen autopsias de los crímenes de guerra que pronto olvidarán con su retórica pacificadora? ¿Qué hay del Fondo Miserable Internacional y del Banco Mundial de la Injusticia, que vienen a alzar espléndidas autopistas con el montículo de cadáveres que deja la guerra?

Todos presumen saber que la impotencia es el signo de nuestra época. Impotencia para detener una guerra, evitar el holocausto cotidiano, encarcelar a los payasos cleptocráticos que declaran la guerra en sus despachos, enjuiciar a los amos que hacen de la guerra a muerte su ley de vida, revertir el saqueo que la guerra corporativa instaura como moneda de cambio, impedir el estado en guerra y su expansión de escombros.

Todos saben que vivimos en guerra y más todavía quienes escribimos contra ella. Escribir contra es una forma de luchar, más allá de la lógica de la guerra, aun si hubiera ocasiones en que parece ineludible. No es una simple declaración de amor o una negativa abstracta a toda forma de violencia, sino apuesta por una lucha sin guerra. La confusión de la lucha con la guerra es parte de la derrota. La impotencia colectiva es efecto de la guerra que perdimos los que vivimos contra.

Todos saben de la declaración de guerra que los poderes han lanzado contra las mayorías fracturadas, convertidas en minorías. Es cierto que las guerras actuales son cada vez menos guerras: se limitan a la masacre -el mero barrido del otro. No por ello habríamos de dejar incólume la lógica de la guerra como enfrentamiento a muerte con un enemigo en última instancia espectral. La guerra de fuerzas que deliran su omnipotencia construye impotencia en cada barrido. También esa impotencia ante la guerra, consecuencia de la derrota, es lanzadera para construir otras posibilidades humanas más allá de la guerra, una potencia otra que se niega a lo que las elites de la guerra ordenan.

Llegados a este punto, ¿qué sentido tiene no ya escribir un poema sino una vida contra la guerra? A la inversa, ¿qué sentido tiene el ser humano que ha desistido de luchar contra los ejecutivos y empresarios de la guerra -esos operadores de la catástrofe?

Todos presumen saber que la impotencia poética es parte de la impotencia generalizada ante la guerra. No convertiremos más que a los convertidos, no disuadiremos a los señores de la guerra, no impediremos que sigan ejerciendo su poder de muerte o hagan del crimen un negocio rentable. Defender los armisticios, reivindicar el diálogo, apostar por el reconocimiento no va a detener el curso indiferente de la aniquilación. Incluso sus cronistas terminan formando parte de la guerra como fórmula suprema de la nulidad.

Pero aun si no supiéramos nada del sentido de esta práctica de lucha, podríamos señalar que escribir y vivir contra la guerra puede contribuir a sustraernos de la cadena de la impotencia y cuestionar la resignación ante lo que declaran imposible. Puede que escribir contra la guerra sea una forma de no sumarse al estado de guerra o al orden social de los escombros, a la excepcionalidad permanente de la guerra convertida en regularidad de la tristeza.

Entonces, no sólo escribir un poema contra: vivir, manifestarse, resistir a la guerra. Ejercer la libertad de cuestionar el estado de guerra, poner bajo suspenso la impotencia generalizada en la que vivimos. Quizás no todos saben que escribir poemas contra la guerra es una forma de no habituarse a ella, que formular un discurso contra la guerra es un modo de no aceptar la indiferencia zoológica que da por inexorable una existencia en guerra. Quizás no todos saben que el llamado contra la guerra, incluso si su fin no fuera divisable, es una forma de recordar una sociedad deseable antes que un orden temido, una interrogación por la justicia antes que una justificación del derecho (a la guerra), una reivindicación de la igualdad humana antes que una constatación de las jerarquías (militares) de la vida en guerra.

No todos saben que parte de la guerra es impedir la imaginación de un tiempo sin guerra, un porvenir en que no ya no es necesario escribir o vivir contra la impotencia ante la repetición escandalosa de la guerra. No todos saben que la formulación de la promesa de una sociedad más allá de la guerra es parte del deseo revolucionario de sabotear las máquinas de guerra que cada día nos aplastan. Luchar contra la guerra es erosionar la vida en guerra en que malvivimos incluso si escribimos contra. Escribir contra es dar testimonio de un dolor sin testigos y a través de ese acto testimoniante rebelarse contra los que deciden que la guerra sea el único discurso posible -la evidencia de nuestra impotencia.

Un discurso contra la guerra -¿lo sabemos?- es mejor que aquel que la defiende como mal necesario en la medida en que también se hace práctica contra el espectáculo que niega la masacre de toda guerra, la muerte irreductible del otro que sigue ahí, sin sepultura ni testimonio. Escribimos contra para cambiarnos a nosotros mismos y desafiar el mutismo obediente a los señores de la guerra. ¿Qué sería de nosotros si esos discursos y prácticas se anudaran, construyeran una cultura contra, trazaran lazos entre los cuerpos, último soporte de la guerra, incluso si fuera tele-dirigida? ¿Qué clase de omnipotencia megalómana podría condenar a la impotencia una contracultura en común?


También la escritura puede resistir al canto de las sirenas, también la vida puede resistir, rebelarse como sueño, ayudarnos a confiar en las posibilidades humanas más allá de la guerra (aun si su fin no cesara de postergarse), en el reconocimiento del otro como semejante, en la promesa de comenzar a cambiar el mundo en que malvivimos desmotando la guerra que llevamos dentro.


Arturo Borra

viernes, 25 de julio de 2014

...baja Modesto que subo...



"Creo que esa piña está colada por mi"

...infinitos besos de bolsillo...

miércoles, 23 de julio de 2014

Reseña: Dangerous Girls - Abigail Haas

Título: Dangerous Girls
Autora: Abigail Haas
Idioma: Inglés
Editorial: Simon Pulse
Género: Young Adult - Thriller
Fecha de Publicación: 16 de julio de 2013
Sinopsis: Son las vacaciones de primavera del último año. Anna, su novio Tate, su mejor amiga Elise, y algunos otros amigos cercanos han decidido hacer un placentero viaje a Aruba que promete ser el mejor momento de sus vidas. Pero cuando Elise es encontrada brutalmente asesinada, Anna se encuentra atrapada en un país que no es el suyo, luchando contra acusasiones viles y despectivas.
Cuando Anna empieza a buscar al asesino de su amiga, descubre verdades sobre sus amigos, la naturaleza resbaladiza de la verdad, y el dolor del amor joven.
Mientras espera por la sentencia del juez, se hace más claro que todos a su alrededor piensan que ella no es sólo culpable, sino peligrosa. Cuando la verdad sale a la luz, es más impactante de lo que alguien podría haber imaginado...

  Reseña


Anna y sus amigos están pasando las vacaciones de primavera en Aruba. Todo va perfectamente hasta que encuentran a Elise muerta. Alguien la apuñaló y el culpable puede estar entre ellos, así que Anna y sus amigos tienen que quedarse en Aruba mientras se resuelve el asesinato. El fiscal y detective del caso ha puesto sus ojos en Anna y Tate, así que ellos son los principales sospechosos y un juicio decidirá quién es el verdadero culpable. ¿El asesino pagará por su crimen o se juzgará como culpable a una persona inocente?


Este libro fue una montaña rusa de sentimientos que me llevó de sentirme frustrada y enojada, a sorprendida y bastante satisfecha. Para mí el sentido de todo este libro está en qué tan bueno eres aceptando el final. Si te gusta el final, será un gran thriller psicológico; y si no te gusta, entonces será una historia pesada y que jugó con tus sentimientos. Yo, claramente, pertenezco al primer grupo.




Esta historia es contada en diferentes tiempos, lo que puede llegar a ser un poco confuso. Está el presente, donde se inicia el juicio contra Anna por el asesinato de Elise. En estos capítulos eres completamente transportado a la sala frente a la juez, y sufres con cada momento y con cada prueba que el fiscal tiene para inculpar a Anna; es aquí donde te das cuenta lo que verdaderamente significa “cualquier cosa puede ser usada en tu contra”. Los capítulos donde se narraba el juicio fueron mis favoritos porque generaron todo el dramatismo de estar verdaderamente en un juicio y me hicieron pensar: ¿Quién testificará ahora? ¿Qué pruebas tiene el fiscal? ¿Quién diantres es el asesino? Porque, aunque todo parece bastante sencillo de descubrir y aún cuando es probable que descubras quién es el asesino a mitad del libro, aún así la autora te hace dudar y te hace cuestionar una y otra vez tu propia teoría.



Pero aparte de estos capítulos en el presente también están los del pasado. Hay capítulos donde se narra cómo inició la amistad entre Elise y Anna, cómo dos chicas que parecían tan distintas terminaron siendo tan cercanas, y cómo, a veces hasta los amigos más cercanos esconden secretos que pueden ser muy perjudiciales para ti. Y también están los capítulos de las vacaciones, desde que llegan a Aruba hasta los momentos trágicos que debe sufrir Anna como principal sospechosa. Creo que la autora no ha dejado nada por fuera, y logra que el lector conozca cada parte de Anna, todo lo que ha tenido que vivir desde que conoció a Elise, todos los secretos que ha tenido que descubrir y todos lo que ha tenido que sufrir con la muerte de su mejor amiga.



Fuente
En cuanto a los personajes principales, creo que dada la forma en la que se desarrolla la historia es un poco difícil conocerlos completamente. Anna es una chica que parece normal pero que en realidad ha vivido una situación difícil desde muy joven (su madre tiene cáncer), y aunque durante toda la historia estás en su cabeza y logras conocerla un poco más, creo que aun así no hay suficiente profundidad en este personaje. Y con Elise me sucedió lo mismo. Era la típica chica perfecta con una imagen alocada muy escondida. Su personaje es bastante complejo y creo que la autora no logra darnos ni siquiera un atisbo de qué era lo que realmente pasaba por su cabeza, así que eso me dejó un poco decepcionada.



A veces sentí que los personajes secundarios fueron demasiado excesivos. La autora utilizó demasiadas historias de fondo con la intención de lograr crear posibles sospechosos así como testigos, pero para mí fue algo innecesario y mas bien molesto, porque en realidad esto hizo que muchos personajes parecieran planos y sin mucho sentido para la historia.



El final… *suspira*. A mí me encantó, me fascinó, lo amé… PERO me dejó con demasiadas (DEMASIADAS!) preguntas que me han causado desvelo aún me persiguen y a las que me hubiera gustado encontrarles una respuesta. Seguiré preguntándome qué tan cierta es mi teoría durante toda la eternidad.



En general, es una historia impactante que logra cautivarte completamente por lo bien que se desarrolla y por el matiz oscuro que tiene. Lo recomiendo si te gusta el suspenso/thriller y estás un poco cansado de las novelas típicas juveniles.

Puntuación:



Sobre la Autora

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Abigail Hass ha escrido dos novelas para adultos y cuatro novelas contemporáneas juveniles bajo el nombre de Abby McDonald. Dangerous Girls es su primera novela juvenil de suspenso. Creció en Sussex, Inglaterra, y estudió Política, Filosofía y Economía en la Universidad de Oxford. Vive en Los Angeles.




¿Te llama la atención?

Nos leemos ;)

martes, 22 de julio de 2014

Verano en Berlín



El verano alemán con su sol, su calorcito, las ganas de comer helado y de tostarse al sol, es algo muy especial. Y no sólo por lo bonita de esta época del año, sino porque por estos lares nunca sabemos cuánto va a durar…
Para que no pierdas ustedes mucho tiempo leyendo y puedan disfrutar más de Berlín en verano ahí van algunas ideas:

-Si la temperatura es agradable, pero no muy alta, podemos hacer un tour en bicicleta. Las afueras de Berlín son preciosas.
-Por estos lares playa poca, o más bien ninguna, ¡pero siempre nos quedan los lagos! Krumme Lanke es un lago a tiro de piedra para la gente que vive en el centro de Berlín. Además el camino desde la U-Bahn hasta el lago no es largo.
-Seguimos con más lagos: Wannsee es el lago por excelencia para la parte occidental de Berlín. Tiene una zona con arena y tumbonas. Eso sí, es como el Benidorm berlinés, si quieres sitio mejor ir muy pronto.
-Disfruta de los muchos parques y zonas verdes que tiene Berlín. Tiergarten es un parque enorme en el que se puede disfrutar de un día de picnick fantástico…
-Pero si lo que queremos es hacer una barbacoa, mejor ir al Tempelhofer  Feld. Esta gran superficie verde, no lo llamo parque, porque no tiene bancos ni zonas de recreo a excepción de un minigolf, es ideal para pasar un día agradable. Es una zona verde enorme, con varias parcelas habilitadas para poder disfrutar de una deliciosa barbacoa. Además al haber sido un aeropuerto, las pistas de aterrizaje y despegue aún están en buenas condiciones y ofrecen la posibilidad de montar en patines, bicicleta y demás artilugios modernos que van sobre ruedas y cuyo nombre no conozco.
¡A disfrutar del verano!

lunes, 21 de julio de 2014

...un soplo de aire fresco...


...hay días en los que te despiertas con ganas de hacer limpieza en tu vida...amaneces con la intención de cambiar el rumbo de tus actos...con la necesidad, imperiosa, de dejar entrar un soplo de aire fresco...amaneces con la extraña sensación de llevar demasiado tiempo soportando el peso de la rutina...ya no tienes ganas de ser "políticamente correcta"...quieres hacer y decir lo que te venga en gana...dejarte llevar por la intuición...las emociones...los sentimientos y pensamientos...ser dueña de tus actos...marcar el ritmo y dirección de tus pasos...y cuando eso sucede...comienzas a ser molesta para algunas personas pero te haces más ligera...más libre...no te sientes prisionera...ni coaccionada...puede ser que pierdas algo...pero también ganas mucho...

...infinitos besos para vuestros bolsillos...

viernes, 18 de julio de 2014

Quien tiene un buen amigo, tiene un tesoro

Amistades de las buenas, de esas que aunque pasen meses y no veas, cuando vuelves a ver es como si no hubiera pasado el tiempo...

Personas con las que cuando reina el silencio, éste no es incomodo, si no que forma parte de la conversación...

Personas a las que quieres contarles tus progresos y estancadas. Personas cuyas palabras te alientan o matan...

Esas personas cuya presencia en nuestras vidas significa apoyo, comprensión, o porqué no...un tortazo a tiempo...

¡Quien tiene un amigo tiene un tesoro! y éste ni se compra ni se vende.

lunes, 14 de julio de 2014

Reseña: Landline - Rainbow Rowell

Título: Landline
Autora: Rainbow Rowell
Editorial: St. Martin's Press
Género: Contemporánea Adulta
Fecha de Publicación: 8 de julio de 2014
Sinopsis: Georgie McCool sabe que su matrimonio está en problemas. Que ha estado en problemas durante mucho tiempo. Ella todavía ama a su esposo, Neal, y Neal todavía la ama, profundamente, pero eso casi parece no importar ahora.
Quizás nunca importó.
Dos días antes de que fueran a visitar a la familia de Neal en Omaha por Navidad, Georgie le dice a Neal que no puede ir. Ella es una guionista para televisión, y algo ha surgido con su serie; tiene que quedarse en Los Angeles. Sabe que Neal estará enojado con ella —Neal siempre está un poco enojado con Georgie— pero ella no cuenta con que él tome a las niñas y se vaya sin ella.
Cuando su esposo y las niñas se van al aeropuerto, Georgie se pregunta si finalmente lo ha hecho. Si ha arruinado todo.
Esa noche, Georgie descubre una manera de comunicarse con Neal en el pasado. No es una forma de viaje en el tiempo, no exactamente, pero siente que se le ha dado una oportunidad de arreglar su matrimonio antes de que empiece...
¿Es eso lo que se supone que haga?
¿O Georgie y Neal estarán mejor si su matrimonio jamás se lleva a cabo?

  Reseña


Han pasado diecisiete años desde que Georgie vio a Neal por primera vez. Quince desde que casi la deja. Y catorce desde que se casaron. Ahora, a los 37 y con dos hijas, el matrimonio de Georgie vuelve a pasar por una crisis. Ella decide quedarse en Los Angeles para trabajar en el guión de su nueva serie y esto es la gota que rebasa la copa. Neal se va enojado y se niega a hablar con ella. Georgie está sola y triste, y siente que su matrimonio está terminando, así que se niega a volver a su casa mientras ellos no están. El único lugar en el que puede quedarse es en la casa de su madre, en su antigua habitación. Es allí donde encuentra el viejo teléfono fijo y decide llamar a Neal desde allí. Pero el que responde al otro lado es el Neal de hace 15 años y Georgie cree que es una señal, el problema es que no sabe si es algo que puede ayudarla o algo que podría hacer que su matrimonio ni siquiera exista en el presente.

Creo que Rainbow se ha convertido en una escritora obligada para quienes leemos novelas contemporáneas. Y aunque su forma de escribir es bastante sencilla, interesante y muy atrayente, hasta ahora no ha logrado fascinarme completamente (mi mejor lectura sigue siendo Attachments).

Neal no le quitaba el aliento a Georgie. Quizás lo contrario. Pero eso estaba bien, eso era realmente bueno, en realidad, estar cerca de alguien que llenaba tus pulmones con aire.

Con este libro tenemos nuevamente una historia que podría haber sido fascinante, interesante y muy especial, pero que lamentablemente se ha quedado en un montón de citas lindas, un personaje masculino muy especial, y una protagonista y un argumento que no se desarrollaron del todo y que, al menos a mí, me quedaron debiendo algo más.


Georgie es demasiado egoísta para mi gusto. La relación entre ella y Neal siempre ha girado a su alrededor. Él se quedó en L.A. aún cuando lo odia sólo por ella, fue él quien perdió la única oportunidad de encontrar al menos algo que lo apasionara, y es él quien se encarga de la familia y de la casa. Página tras página Georgie va descubriendo todos los errores que ha cometido en su matrimonio, cómo ha dado por sentado que Neal siempre estará ahí para ella y cómo jamás se ha preocupado por alejar a Seth, su mejor amigo y con quien tiene una relación demasiado especial. Y aunque el cambio se nota un poco en Georgie, creo que la escritora no intenta darle más profundidad a éste. Al final sentí que algo faltaba, sentí que todo el viaje a través del pasado de la pareja, de cómo se conocieron y se enamoraron, de cómo nacieron los problemas y cómo sucedió el desenlace fue algo en vano, porque sí, Georgie parece un poco más consciente de sus errores, pero no hace nada por cambiar. ¡Ni siquiera sabe cómo cambiar lo que está mal! Sabe que es su culpa pero al final no hay un cambio específico y eso me decepcionó bastante.

Esta era la razón por la cual nunca se permitía pensar en ello. Porque su cerebro se sumergiría más y más y nunca tocaría fondo. Ella no se permitía pensar en ello. Pero aún así lo sabía. Todos a su alrededor lo sabían, Margaret debía saberlo. Que Neal no era feliz. Que odiaba California, que se sentía alternativamente perdido y frustrado aquí. Atrapado.
Y todos sabían que Georgie necesitaba a Neal mucho más de lo que él la necesitaba a ella. Que las niñas necesitaban a Neal mucho más de lo que la necesitaban a ella.

Por otra parte, Neal es un personaje muy especial que logró ganarse mi cariño. Aunque no es muy sociable ni muy expresivo, es un hombre interesante y puede que demasiado perfecto para Georgie. Como buen protagonista de esta autora, Neal no es del todo perfecto al principio (retraído, callado y mas bien poco agraciado físicamente), pero poco a poco y gracias a los recuerdos de Georgie logras conocer al hombre especial, al buen padre y al marido ideal. Él está completamente enamorado de Georgie y creo que tiene las mejores líneas de todo el libro, que aunque pueden parecer cursis para muchos, para mí han sido perfectas y me enamoré.

—No puedes estar celoso de Seth —dijo Georgie tranquilamente.
—De verdad —resopló él.
—De verdad. Es como si el sol estuviera celoso de...
—¿Un sol de tamaño comparable?
—Iba a decir de la luna.
—El sol probablemente está celoso de la luna —dijo Neal—. Está malditamente más cerca.

El desarrollo del argumento no fue lo que me esperaba. La verdad creí que el componente mágico (el teléfono) sería mejor desarrollado. Creo que Rainbow Rowell no termina de desarrollar la parte "mágica" de la historia y, al menos para mí, no da una explicación clara de por qué ese teléfono existe. Hace un cierre de esta idea pero fue demasiado mediocre y me esperaba mucho más de esta magia. ¿Qué pasa en la casa de la madre de Georgie para que esa clase de magia exista? ¿Por qué sucedió esto? ¿Cómo hubiese afectado el "futuro" si las conversaciones entre Neal y Georgie hubiesen sucedido de otra manera? En fin, que no quedé satisfecha con la explicación sobre el teléfono ni con la inhabilidad de Georgie para tomar acciones que verdaderamente ayudaran a mejorar su matrimonio (como alejar un poco a Seth ¬¬).


En general, es un libro con una narración muy buena, como ya nos tiene acostumbrados Rainbow, con unos personajes que se salen un poco de lo típico, y una historia de amor que aunque tiene momentos muy bellos y especiales, también se ha quedado un poco corta para lo que me esperaba de esta idea que parecía ser muy interesante.

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Sobre la Autora:

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Rainbow Rowell escribe libros. A veces escribe libros para adultos como Attachments y Landline. En otras ocasiones, escribe sobre adolescentes como en Eleanor & Park y Fangirl. Pero siempre escribe sobre gente que habla mucho. Y sobre gente que siente que está equivocándose. Y sobre gente que se enamora.

Cuando no está escribiendo, Rainbow lee comics, planea viajes a Disney World y discute sobre cosas que en realidad no tienen mucha importancia. Vive en Nebraska con su esposo y sus dos hijos.

Biografía tomada de aquí




¿Les llama la atención este libro? ¿Rainbow Rowell ha logrado conquistarlo como al parecer lo ha logrado con la mayoría de los lectores de YA?

Nos leemos :)